El San Claudio se deja los tres puntos en los minutos finales a pesar de haber dispuesto de numerosas ocasiones. El empate, por su parte, sabe a oro para el Campomanes. 

Acoso pero sin derribo. Ésta es una buena síntesis de lo que vimos hoy sobre el césped del José Ramón Fernández Suárez, con un San Claudio volcado sobre el área rival pero sin aprovechar sus clamorosas ocasiones de gol, lo que al final en el fútbol se acaba pagando. Y es que los locales apenas sufrieron durante los noventa minutos. Desde el pitido inicial llevaron el peso del partido y supieron maniatar a un Campomanes que sólo intentaba contrarrestar al contragolpe por medio de Vila como única referencia ofensiva.

La primera mitad fue tosca, de mucha brega en el medio del campo, lo que proporcionaba muchas imprecisiones a la hora de crear peligro. Sin embargo era la defensa visitante la que más atenta tenía que estar ante las constantes internadas por banda de los extremos del San Claudio, pero que a la hora de finalizar la jugada no encontraban el último pase.

Por su parte, el segundo acto sí fue mas atractivo que el primero, si bien los de Francisco Alonso disfrutaron de varías ocasiones de serio peligro sobre la portería de Chusga. Jaime, a los diez minutos, enviaba el balón a la cruceta, lo que supondría el primer aviso de un severo vendaval ofensivo. Minutos más tarde Cortés desperdiciaba un mano a mano con Chusga lo que sería la antesala del gol sesenta segundos después. Jaime, en una buena internada en el área por la izquierda, le dejaba en bandeja el balón a Cortés y esta vez el nueve no falló. Tras el gol, estaba más cerca la sentencia que cualquier otro desenlace, máxime cuando a quince para el final el Campomanes se vería con un jugador menos por la doble amarilla a Txiki. Sin embargo, el que perdona lo paga. En el minuto 80 Adán a balón parado ponía las tablas definitivas gracias a un fuerte golpeo desde el borde del área. De aquí al final, la misma tónica, el San Claudio lo intentó pero sin premio.

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