De las 24 promociones disputadas por el antiguo Real Avilés, Ensidesa y el actual Real Avilés, 18 terminaron con un resultado adverso. El Avilés de Uribe peleará contra las estadísticas.

Avilés, Román Suárez Puerta, 2 de junio de 1968. Ante el Ilicitano, este Real Avilés sufrió el último fracaso promocional de los años 60. De izquierda a derecha, de pie: Madriles, Fito, Albert, Roberto, Miguel Ángel, Boy y Emilio Díaz (portero suplente); agachados: Toñín Díaz, Neira, Trilles, Bellón y Emiliano.

Para el fútbol avilesino, la tradición dice que los apéndices promocionales, más allá de su escasa productividad, podrían hasta ser tildados de malditos. Unificando al extinto Real Avilés, Ensidesa y actual Real Avilés, apresurémonos a concretar que las tres entidades han verificado un total de 24 promociones, en sus modalidades de ascenso y de permanencia, y que 18 terminaron de modo adverso. Es decir, se desprende un aterrador 75% de fracasos y eso sin contar los efectos clasificatorios de los tiempos prebélicos, concretamente de la temporada 1932-1933, cuando el Stadium Avilesino no superaba los desempates derivados de una competición liguera que, por su exigüidad, casi era otra cosa.

Los saltos a ninguna parte comienzan en 1950; el Real Avilés, que dispone de una dupla fantástica –Juanín Fernández y Jesús Cuesta anotan 52 goles, a partes iguales– era colista de una liguilla de 6, de la que Logroñés y Huesca salían airosos hacia 2ª División.

Tres años después, en 1953, en la célebre Promoción a 1ª División, los avilesinos acaban pagando una de las decisiones federativas más aberrantes de la historia, por la descarada injerencia del España Industrial, a quien la Federación le permitía renunciar al ascenso, por su condición de filial del Barcelona, cuando lo lógico hubiera sido anular sus partidos, circunstancia que habría significado el ascenso a Primera División del mejor Real Avilés de la historia, el de Munárriz, Ernesto, Linares, los Mantido, Mauro…

El primer éxito llega en junio de 1956, cuando los goles de Pancho Doval (2 en El Malecón y 3 en el Suárez Puerta) tumbaban a la Gimnástica de Torrelavega y aupaban a un Real Avilés plagado de gallegos, desde el entrenador vigués, Armando Márquez, hasta los 14 jugadores nacidos en la región vecina que engrosaban la plantilla blanquiazul.

En 1960, el Llaranes empezaba a asomar la cabeza. Igualado con el Vetusta en la liguilla de ascenso a Primera Regional, el desempate beneficiaba a los ovetenses, por mejor coeficiente de goles. Técnicamente, el Llaranes no lograba el ascenso en la promoción, aunque al final sí se hacía efectivo por la postrera renuncia del Carbayín a militar en la máxima categoría del fútbol regional asturiano.

Si el fútbol de Avilés sufre una época maléfica, sin duda es la coincidente con la década de los 60. Grandes plantillas del Real Avilés y del Llaranes / Ensidesa nunca encontraron el éxito, pese a las numerosas oportunidades, hasta 9, que dispusieron. El Real Avilés se veía sistemáticamente frenado del ascenso a Segunda División en 1961, 1962, 1964, 1965, 1966, 1967 y 1968, por Villarrobledo, San Fernando, Atlético Baleares, Condal Barcelona, Orense, Salamanca e Ilicitano, respectivamente. Clásicos como Luis Bellón, Candi Cabal, Chelona, Pepe Albert, Emiliano Barbas, José Antonio García, Lito Pérez, Candi Neira, Juan Salvadores y tantos otros que ofrecieron inolvidables tardes de fútbol, no pudieron catapultar al equipo. En esta misma década, el equipo de Llaranes, tanto con el nombre del barrio como con el de la empresa siderúrgica, se quedaba dos veces en el camino en otras tantas opciones; en 1963, vapuleado por el Rayo Vallecano, que lideraba un jovencísimo Manolo Velázquez, posterior figura del Real Madrid; y en 1968, contra el Éibar, al que sólo podía hacerle un gol, pese a contar con acreditados artilleros, como Arenillas, Ángel Colunga o Quini.

En la década de los 70, las opciones promocionales no sólo mermaron en número, sino en notoriedad. Eso sí, la penuria siguió para el Real Avilés, que disputaba con desigual suerte dos consecutivas de permanencia en Tercera. En 1973, ante el Santurce, lograba mantenerse; y en 1974, padecía el histórico desastre del descenso a Regional, al ser incapaz de superar al Michelín guipuzcoano. Y por fin una alegría, la que en 1975 daba el Ensidesa, superior al Baracaldo, para alcanzar su techo, Segunda División, gracias a un magnífico elenco: Lombardía, Vallina, Quirós, Esteban, Sancayetano, Teca, Luis Gabriel… El contrapunto lo ponía el Real Avilés doce meses después, en 1976, perdido en su camino de regreso a Tercera en la polémica eliminatoria contra el Melilla, que finalizaba con el árbitro extremeño, Falero Pérez, escoltado por la Policía Armada, tras suspender el partido al filo de la media hora, incapaz de contener la batalla campal vivida en el Suárez Puerta.

Las alegrías promocionales son casi sinónimo de excepción para el fútbol avilesino. Una de ellas aconteció el 14 de junio de 1975, cuando este equipo del Ensidesa noqueaba (3-1) al Baracaldo y alcanzaba su techo, Segunda División. De izquierda a derecha, de pie: Lombardía, Vallina, Quirós, Esteban, Atucha y Raya; agachados: Sancayetano, Novo, Teca, Luis Gabriel y Javi.

En el último compromiso antes de su desaparición, en 1983, el Ensidesa de nuevo lograba el éxito. Bajo la dirección de Raúl González, veteranos como Quico o Juan Valdés se mezclaban con la nueva hornada –Pedro, Tati, Blas, Juanma…– para superar dos intensas eliminatorias, ante Levante y Aranjuez, y colocar en Segunda B al nuevo Real Avilés Industrial.

El equipo fusionado acumula cinco promociones, con tres fracasos y dos éxitos, perfectamente alternados. En 1996, no superaba la liguilla de ascenso a Segunda, que compartía con Levante, Córdoba y Racing Ferrol; en 1998, triunfaba en la eliminatoria ante el Zamora y se mantenía en Segunda B, lo que no lograba en 2000, en un Suárez Puerta a reventar, hundido por el Novelda tras aquel penalti errado por el madrileño Edu Rodríguez. La recuperación llegaba en 2002, encabezando la liguilla sobre Palencia, Navalcarnero y Compostela B, gracias a los goles que Ángel Lobera firmaba en Santiago. Por último, en 2012, el estadio de Las Meanas volvía a vivir un inesperado batacazo ante un Coria que se presentaba como asequible.

Este fin de semana empieza una nueva oportunidad promocional y llega en año par, como viene siendo habitual en los últimos tiempos. Si el equipo de Josu Uribe logra coronarse dentro de cinco semanas, nadie se acordará del maleficio de las promociones. Además, en Avilés, al contrario que en Lisboa, no hay, que se sepa, ningún agorero en plan Bela Guttmann ¿o sí?

Temporada	Promoción	Equipo	Rival	Consecuencia
1949-1950	Ascenso 2ª	Real Avilés	Liguilla (6 equipos)	No asciende
1952-1953	Ascenso 1ª	Real Avilés	Liguilla (6 equipos)	No asciende
1955-1956	Ascenso 2ª	Real Avilés	Gimnástica Torrelavega	Asciende
1959-1960	Ascenso 1ª Reg	Llaranes	Liguilla (4 equipos)	No asciende*
1960-1961	Ascenso 2ª	Real Avilés	Villarrobledo	No asciende
1961-1962	Ascenso 2ª	Real Avilés	Jerez / San Fernando	No asciende
1962-1963	Ascenso 2ª	Llaranes	Rayo Vallecano	No asciende
1963-1964	Ascenso 2ª	Real Avilés	Atlético Baleares	No asciende
1964-1965	Ascenso 2ª	Real Avilés	Condal Barcelona	No asciende
1965-1966	Ascenso 2ª	Real Avilés	Orense	No asciende
1966-1967	Ascenso 2ª	Real Avilés	Salamanca	No asciende
1967-1968	Ascenso 2ª	Real Avilés	Ilicitano	No asciende
1967-1968	Ascenso 2ª	Ensidesa	Éibar	No asciende
1972-1973	Permanencia 3ª	Real Avilés	Santurce	Permanece
1972-1973	Ascenso 2ª	Ensidesa	Tenerife	No asciende
1973-1974	Permanencia 3ª	Real Avilés	Michelín	Desciende
1974-1975	Ascenso 2ª	Ensidesa	Baracaldo	Asciende
1975-1976	Ascenso 3ª	Real Avilés	SD Melilla	No asciende
1982-1983	Ascenso 2ªB	Ensidesa	Levante / Aranjuez	Asciende
1995-1996	Ascenso 2ª	Real Avilés Ind.	Liguilla (6 equipos)	No asciende
1997-1998	Permanencia 2ªB	Real Avilés Ind.	Zamora	Permanece
1999-2000	Permanencia 2ªB	Real Avilés Ind.	Talavera / Novelda	Desciende
2001-2002	Ascenso 2ªB	Real Avilés Ind.	Liguilla (6 equipos)	Asciende
2011-2012	Ascenso 2ªB	Real Avilés	Coria	No asciende

*En 1960, el Llaranes no asciende en promoción, aunque sí por posterior vacante.