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Mejorando el juego de cabeza. 1ª parte. Componentes cualitativos. Propuestas de trabajo

Jueves 5 de Septiembre de 2013
Carlos S. Calleja
Fotos: F
ierros / Ángel C. / D. Hevia

Tras este breve parón veraniego os acercamos a una nueva entrada en la que vamos a hablar sobre el juego aéreo, cómo mejorar el juego de cabeza con especial atención a la preparación física (como en este rincón trabajamos) pero cuidando otros detalles menos cuantitativos y más relacionados con la calidad.

Y es que cuando pensamos en un trabajo de salto de cabeza y en cómo mejorarlo siempre pensamos en ejercicios de fuerza que hagan cada salto más potente, más fuerte, más alto. 

El análisis de los diferentes saltos de cabeza que se dan en un partido (número de disputas ganadas - perdidas) nos podría llevar a una conclusión en una línea interesante: muchas disputas se pierden por elementos no cuantitativos del movimiento. Es decir, hay otros factores que intervienen que hacen que nuestro salto a un balón dividido sea eficaz o no. 

¿Cuáles son esos factores? y sobre todo ¿son mejorables? 

El desarrollo de mi fuerza en el tren inferior para lograr que un salto sea altamente eficaz es sólo la punta del iceberg (muy importante, eso sí) de un trabajo complejo en el que intervienen diversos factores, todos ellos entrenables, que deben formar parte de nuestras rutinas de trabajo de preparación física desde la edad benjamín. 

Factores cualitativos del juego aéreo.  

Hablemos de, en mi opinión, los tres más importantes: 

1º Colocación. Uno de los elementos clave lo supone el trabajo previo de velocidad en el que el futbolista gana la posición óptima para poder iniciar el salto.

Los elementos relacionados con la atención, percepción (saber anticipar dónde es el lugar óptimo para realizar el despegue) así como la velocidad para llegar en el momento ideal a ese punto, forman parte de un entramado que hay que trabajar.

En muchas ocasiones llegar tarde, inestable, etc. hace que esa disputa (por ejemplo en un saque de portero) ya no sea nuestra.  

Los ejercicios que trabajemos para mejorar esta capacidad no deben fundamentarse sólo, por tanto, en balones "esperables", sino que debemos provocar trayectorias variadas, no controladas por el rematador. 

Irán desde los más sencillos por parejas con balones enviados a un compañero a más complejos con pases largos, saques de portero en media distancia, etc. También resulta útil trabajar con móviles de trayectorias menos conocidas (ej. balones de rugby, gomaespuma...) y que supongan un reto en la anticipación de su caída.  

2º Cadena. Probemos a saltar sin poder flexionar previamente las rodillas y con los brazos en la espalda como si tuviéramos unas esposas policiales. Evidentemente la cantidad de ese salto será infinitamente menor que si pudiésemos hacerlo con libertad.

La cadena cinética, es decir, el conjunto de acciones corporales que ponemos en marcha en una acción para mejorar su eficacia, es vital para un óptimo objetivo. De ella simplemente dos apuntes: 

Por un lado sabemos que un salto es más potente si desde de pie realizamos una flexión de rodillas previa al salto, lo que algunos autores llaman el contramovimiento. Los estudios han demostrado que la altura es mayor que, por ejemplo, partiendo directamente desde cuclillas. Es sumamente interesante el trabajo de esta acción previa. 

Por otro lado la acción de los brazos. Los brazos realizan un balanceo con un movimiento de flexión de hombro (hacia adelante) que acompaña y potencia el movimiento. Además, en nuestro deporte, eso supone un elemento de protección importante.

El trabajo de cadena cinética debe plantearse ya desde las primeras etapas, en las edades donde los trabajos de coordinación son especialmente aprovechados (desde los 8 a los 12 años ya es buena edad), aunque no debemos resignarnos a seguir con ese trabajo en cualquier momento.

Los ejercicios que plantearemos buscarán desarrollar esa coordinación tanto en saltos verticales como horizontales, con o sin balón, con elementos que supongan reto (superar un obstáculo, saltar entre aros, etc.) 

 3º Coordinación. Por último, una vez ganada la posición y preparados para el salto, debemos ser capaces de coordinar las dos parejas de este baile (con permiso del rival que intentará estropearnos la jugada). Y es que el jugador debe intentar coordinar el momento del salto para golpear al balón en el punto más alto.  

Los ejercicios con balones no sólo para golpear sino para recibir - coger, los juegos de disputas, partidos con la mano, materiales como pequeñas vallas u obstáculos... nos ayudarán a planificar mejoras de esta cualidad. 

En suma, en nuestro deporte además de los factores cuantitativos que mejoran la potencia de un movimiento -por ejemplo el salto -, hay una serie de factores cualitativos, también entrenables, que mejoran su eficacia, sin ellos, posiblemente los elementos derivados de la condición física (mi salto es el más alto) e incluso los genéticos (soy el más alto del equipo) podrían verse relegados a un segundo plano y ver imágenes en un campo en las que no siempre los más altos y fuertes llevan los balones divididos.

Este trabajo debe formar parte de las rutinas de preparación física de los clubes desde las primeras edades porque es ahí donde empezamos a asentar los patrones de movimiento.

 

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