Un Oviedo sin recursos cae en Éibar

Derrota justa en Éibar, ante un conjunto armero superior en los dos encuentros, que deja al Oviedo un año más en Segunda B. El equipo salió ovacionado de Ipurúa.

El 1-2 de la ida dejaba pocas opciones para los azules -hoy de verde pistacho-, pero durante la semana el ánimo infundido por la incombustible afición oviedista, hizo creer en la posible remontada.

Granero introdujo dos cambios en el once inicial, con la entrada de Gálder Cerrajería y Señé en detrimento de Héctor Simón y Manu Busto, que salieron desde el banquillo. Garitano optó por el once que venció en el Tartiere, con la misma disposición táctica.

El Éibar no especuló y salió a por la victoria desde el pitido inicial, olvidando la ventaja que tenía en la eliminatoria. Los vascos buscaban las bandas y sobremanera la banda derecha, donde Capa, le ganó la partida a Álvaro, en el minuto 5 el propio Capa envió un balón al travesaño, aprovechando un balón rechazado en un saque de esquina.

El Oviedo se fue sacudiendo del fuerte dominio inicial de los locales y Señé, uno de los más participativos, y el jugador que más criterio intentó ponerle al juego, consiguió el único disparo entre los tres palos cuando corría el minuto 20.

Los azules salieron más agresivos que de costumbre y disputaron y pelearon con ahínco los balones aéreos, que se sucedieron durante la primera mitad. El Éibar creaba peligro con balón entrando por banda, aunque no consiguió intimidar la meta de un seguro Orlando Quintana.

Se llegaba al descanso con un justo empate sin goles, y con protestas por parte de los jugadores al trío arbitral, que tuvo mano izquierda para dirigir el encuentro, aunque no señaló penalti en un agarrón sobre Cerrajería.

El partido continuó con pocas ocasiones en la segunda mitad. Granero movió pronto el banquillo, dando entrada a Pepe Díaz y Héctor Simón, en detrimento de Mantovani y Señé, pasando a jugar con un 4-4-2, con Casares acompañando a Cervero y Pepe en la izquierda. Casares, muy participativo y voluntarioso como siempre, sirvió un buen balón a Cervero, que controló con la mano cuando se situaba ante Xabi.

A falta de 20 minutos y con el 0-0, el Oviedo se volcó, dejando tres defensas y adelantando su posición David Fernández, pasando Moré a la delantera con Casares y Cervero. El Éibar aprovechó los espacios y la entrada de Mainz creó mucho peligro. El gol llegó en una jugada desde la banda izquierda de Arruabarrena, que casi andando desbordó a David Fernández, colándose en el área y sirviendo un pase atrás para que Guille Roldán marcase a placer, sin que nada pudiera hacer Orlando.

El nerviosismo atenazó al Oviedo, que buscó ataques por acumulación, aunque no remató entre los tres palos en la segunda parte. El tiempo pasaba y el Oviedo bombeaba balones al área sin éxito.

Con el pitido final, celebración por todo lo alto de la afición local y ánimos por parte de los aficionados azules, que parecieron satisfechos con el juego del equipo, aplaudiéndoles y esperándoles a su salida de vestuarios para trasladar su apoyo a los jugadores.

Gran jornada de convivencia entre aficiones

300 entradas se enviaron a Oviedo, pero finalmente más de 600 aficionados asturianos presenciaron el encuentro en Ipurúa. La Plaza Mayor de Éibar fue el punto neurálgico del encuentro entre aficiones, que compartieron cánticos durante la tarde, principalmente, que fue cuando llegó el grueso de la afición azul.

Al finalizar el encuentro, se repitió la escena del partido de ida, con los aficionados eibarreses cantando "Oviedo, Oviedo" y los ovetenses agradeciéndolo con aplausos. El lado positivo de este play off de ascenso, sin duda, la ausencia de incidentes.

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