El Racing aprovecha dos desajustes defensivos para superar a un desafortunado Avilés, que pierde su imbatibilidad en casa y acumula dos derrotas consecutivas. 

Buen ambiente de fútbol en Avilés para recibir a todo un Racing de Santander, con numerosa presencia de aficionados racinguistas que dieron color a las gradas, especialmente la de José Cueto. Uribe sorprendió con un esquema sin “9” fijo, con Álex Arias y Gerardo como puntas de lanza, mientras que Paco no contó con Koné de inicio. 

Los primeros minutos fueron de control y respeto mutuo, el Racing no necesitó tener demasiada posesión de balón para sentirse cómodo y un buen posicionamiento en el campo le fue suficiente para contener a un Avilés que compitió con intensidad pero sin encontrar la fórmula para crear buenas ocasiones. 

Rondando el minuto 13, ese que aprovecha la cabreada afición racinguista para invitar a los chorizos que tienen como dirigentes a abandonar el club, llegaba el primer zarpazo visitante. Una pérdida de Borja Prieto en el centro del campo que pudo ser falta habilitaba a John Ayina para lanzar una rápida contra que él mismo definía con calidad desde la frontal, clavando la pelota cerca de la escuadra. 

El gol le vino de perlas al Racing para controlar con más comodidad el partido, los de Paco no creaban peligro pero tampoco dejaron al Avilés crearlo. Uno de los escasos sobresaltos llegó tras un centro de Pascual desde la derecha que se “comía” en primera instancia Dani Sotres, atajando el balón al segundo intento. Lo último destacable del primer tiempo fue la lesión de Ayina, que permitió la entrada en escena de Koné, desplazando al batallador Mariano a la derecha y cambiando a la izquierda al juvenil Concha, que dejó detalles interesantes. 

El encuentro siguió por los mismos derroteros en la segunda mitad, el Racing no quería el balón y el Avilés lo intentaba pero sin tirar a puerta. Superado el cuarto de hora llegó el mazazo definitivo, un saque de esquina favorable a los blanquiazules terminaba con un despeje largo que Nacho López desvía erróneamente de cabeza, la pelota la baja Koné, que se planta ante David y define con la zurda sin inmutarse. 

El 0-2 ponía el choque muy cuesta arriba para los avilesinos, que en el 68 pasaban a jugar con Camochu como referencia en punta, buscando nuevas alternativas para sorprender a un Racing que buscaba únicamente dormir el partido. Entre los minutos 75 y 85 la parroquia local soñó con la remontada, pues fue en ese lapso de tiempo cuando el Avilés generó las ocasiones más claras de todo el partido. La primera, un tiro raso de Álex Arias tras un gran movimiento en el área al que respondía Dani Sotres con una mano abajo espectacular, el rechace posterior lo enganchaba Borja Prieto y la pelota pareció impactar en la mano de un defensor; la segunda y última arremetida fue un remate a bocajarro de Camochu que se topó de nuevo con Sotres, que estaba en el sitio justo sobre la línea de gol, en el córner posterior Omar estrellaba su buen disparo en el pie de un rival. 

De ahí al final poco más que reseñar, el único tiro entre los tres palos del Racing se produjo en el 85 tras una contra de Saúl por la izquierda, aún así la pegada de los cántabros quedó fuera de toda duda, ante un Avilés que quiso pero no pudo y pierde algo de terreno con los puestos de arriba. La afición local consoló con aplausos a los suyos mientras que los futbolistas del Racing saludaban a su gente; por suerte no hubo incidencias reseñables en las gradas, incluido el palco, donde todos los “flashes”, cómo no, se centraron en Ángel Lavín.