El trabajo de fuerza en el Fútbol Base (3) Cadetes

 

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Jueves 11 de Abril de 2013
Carlos S. Calleja @cscalleja

Preparador físico especialista en fútbol. 
Licenciado en E. Física (INEF Madrid)
Actualmente en el Candás CF

Retomamos el trabajo de fuerza especificado por edades y seguimos dando planteamientos globales, desde una visión personal, a este desarrollo con nuestros futbolistas. La idea es hacer planteamientos muy genéricos, fácilmente entendibles y que, como base, sirvan para un desarrollo en cada club, con las especificidades de cada equipo realizadas por los técnicos que son quienes mejor conocen a sus futbolistas.  

Además en cada entrada queremos dar una visión diferente a cómo poder enfocar de manera lúdica el trabajo de fuerza en el fútbol base (con gomas, balones, etc.) en el caso de esta entrada hablaremos de los juegos de lucha y su aplicación al entreno. 

No tomen, en suma, las palabras de este modesto preparador más que como orientación global, máxime en estas edades y con esta capacidad –la fuerza – como protagonista, donde las diferencias individuales madurativas pueden ser claras.

Características de la edad 

En la edad cadete se produce la gran explosión puberal  lo que se traduce en un aumento del tamaño muscular (superior en chicos que en chicas pero más precoz en el caso de las féminas).

Por ello los procesos se adelantan en el fútbol femenino donde ya en las primeras fases de la edad cadete se produce ese desarrollo hormonal mientras que en los chicos (con las diferencias lógicas) es más claro en la segunda temporada de la etapa.

Esto se traduce en la posibilidad de iniciarse en el trabajo de fuerza con ciertas cargas, llamémosles medias, pero debemos tener muy en cuenta no aplicar cargas no deseadas. 

Este trabajo permitirá una potenciación de los fundamentos explosivos ya comentados en edades anteriores que se verán aumentados con la presencia de esas cargas medias.

El aumento del tamaño muscular permite seguir incidiendo en dosis de velocidad, golpeo, etc.

Pero paralelamente es una edad en la que, como resulta lógico, puede iniciarse a pequeñas dosis de fuerza máxima y, quizás más interesante, de fuerza resistencia. Trabajos en la capacidad de mantener ese esfuerzo. Es decir, puedes aumentar las repeticiones de cada ejercicio con respecto a la edad anterior.  

Un detalle más en la aplicación de las cargas: mejor cargas concéntricas y leves isométricas que excéntricas. 

¿Cómo podemos aplicar esas cargas medias? Trabajos de fuerza  

*     Como vimos en las entradas anteriores (infantil) podemos aplicar balones medicinales para continuar con el trabajo de multilanzamientos. 

*     También pueden seguirse aplicando el trabajo de gomas (ver artículo edad infantil) 

*     Un trabajo importante que podemos empezar a hacer es el incluir barras o mancuernas de muy baja carga pero que sirvan a la vez que potenciamos para el aprendizaje de técnicas que serán claves (ejercicios, tareas…) en el trabajo de fuerza futuro. Nunca insistiremos lo suficiente. Debemos formar además de entrenar, educar además de exprimir. 

*     Otro trabajo de fuerza que podemos incluir, que es muy formativo y educativo son ejercicios de lucha por parejas. Normalmente estos ejercicios se realizan en el suelo y conllevan un fortalecimiento global muy centrado en la espalda. Bien seleccionados y realizados son una excelente manera de desarrollo en esta edad. No en vano estos ejercicios que extraemos del judo, son claves en la formación de los primeros deportistas de este arte marcial. Os propongo algunos ejercicios sencillos en esta línea

(NOTA DE EDICIÓN: El autor y preparador físico, Carlos S. Calleja, es, además, cinturón negro de judo)

Sobre lo coordinativo y la técnica en el fútbol cadete 

Esta edad se empieza a caracterizar por un aumento, como vimos, del tamaño muscular y del crecimiento y eso debe hacernos poner sobre alerta de que puede haber un descenso de la coordinación, de las destrezas motrices.

El futbolista se encuentra con un cuerpo que le está cambiando a pasos agigantados y tiene que asimilar los patrones motrices para adaptarse al cambio estructural de su “máquina”. 

No debemos, por ello, dejar de realizar trabajos coordinativos específicos dirigidos a la técnica, aunque también debemos incluir trabajos más generales no sólo centrados en el fútbol.

No podemos dejar que esos cambios sean superiores al trabajo corporal ya que si no aparecerán torpezas motrices, “retrasos” en la técnica individual, etc. 

Recordamos que es una cuestión que caracterizaba las etapas anteriores y que sigue en ésta: el trabajo paralelo cuantitativo – cualitativo, es decir, a la vez que trabajamos la fuerza como eje específico buscamos trabajos de aprendizaje coordinativo para que nuestros jugadores y jugadoras utilicen ese desarrollo de la fuerza en situaciones de juego (remate, al salto, la salida o velocidad, etc.). Con más interés si cabe en esta etapa para sobreponerse al cambio corporal adolescente. 

La inclusión, paralelamente al trabajo técnico, de ejercicios de habilidades básicas (lanzamientos, desplazamientos, saltos, etc.) condicionadas bien por material (con aros, escaleras…) bien por pautas de realización (con segmentos determinados, con limitaciones de distancias, etc.) de carácter más analítico (no sólo centradas 100% en fútbol) serán muy importantes para favorecer este desarrollo motriz. 

Por último, no olvidar, incluido en etapas anteriores: fuerza articular. Centrada principalmente en la propiocepción

Próxima semana El trabajo de fuerza en el fútbol base 4. Juveniles

 
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