Adaptando la conocida frase
de aquel 23-F de infausto
recuerdo, El Oviedo B “ni
está, ni se le espera”. No
está, porque es un equipo
sin ideas, un filial que en
lugar de crear juego, lo
destruye al patadón sin
sentido, incapaz de trenzar
una jugada con algo de
orden. Y es que a los de
Iván Palacios les quema la
pelota. Y no se le espera,
porque conociendo el
habitual inmovilismo del
Real Oviedo, sería extraño
que tomasen medidas ante la
inoperancia total de su
segundo equipo.
Frente a un Vetusta romo,
sin chispa, sin mando en el
centro del campo, el
Praviano de Xiel “se puso
las botas” sin tampoco
forzar mucho la máquina. Su
superioridad fue clara desde
el minuto inicial, y más aún
desde que el Oviedo B se
quedase con un hombre menos
al ver su central Angel dos
tarjetas amarillas en 8
minutos. Cuando no hay ideas
ni frescura ni rapidez,
suele recurrirse a derribar
al rival por lo civil o por
lo criminal, y Angel hoy no
estaba en el partido, de
hecho duró en el campo solo
39 minutos.
Tampoco es que el encuentro
tuviese ocasiones claras en
sus primeros 20 o 25
minutos; si bien el filial
azul intentaba estirarse,
con Coutado e Iván buscando
desmarques desasistidos, el
juego local era un barco a
la deriva frente a un
Praviano bien posicionado,
tapando todo hueco y
buscando peligrosas salidas.
La banda izquierda de los de
Xiel, con Bertín y Barto
volviendo locos a Iván y
Chapi, y Luis entrando como
un cuchillo por la derecha,
ponían bastante más peligro
del que podía crear un
Vetusta sin ideas.
Del escaso bagaje atacante
del Oviedo B, tímidos tiros
lejanos de Juan Steven o Rúa
mediada la primera parte
dieron paso al primer mazazo
del Praviano; minuto 26,
Luis entra por banda
derecha, su pase al centro
llega a las botas de
Guillermo, y este ve en
buena posición a Aitor, que
dentro del área y con total
comodidad bate a Adán. El
0-1 no solo no cambió el
criterio de juego del
filial, sino que terminó de
hundirlo en la ansiedad, con
pases al bulto, patadones
sin sentido, y un juego
totalmente predecible. Para
terminar de hundir el barco
azul, su central Angel fue
expulsado por doble tarjeta
amarilla en solo 8 minutos.
La solución de Palacios ante
esta expulsión fue retrasar
a Adrián Llano al centro de
la defensa. Lo que no parece
haber sido tanta “solución”,
fue que en la reanudación
quitase al otro central,
Abascal, sustituyéndolo por
Trabanco, y manteniendo en
la zaga a Adrián Llano,
fuera de su posición
habitual. La defensa hizo
más agua si cabe, y cada
internada de los de Xiel
llevaba un peligro cierto.
Tan cierto, que al minuto 6
del segundo tiempo, el
Praviano ya anotaba el 0-2,
con un precioso e inapelable
cabezazo de Guillermo solo,
sin oposición, aprovechando
un centro desde su
izquierda.
El Oviedo B, continuó
abusando del juego directo,
sin criterio de un filial
del que cabe esperar no
mucho, sino muchísimo más.
Tímidas jugadas de Coutado,
sin apoyos, forzado a
intentar colar la pelota por
donde es imposible que pase;
balones bombeados sin el
menor gusto, sin chispa, sin
nada.
El Praviano certificaba el
comienzo de la goleada en el
minuto 76. Tras una
internada local con pase en
profundidad de Iván a Rúa
que termina en nada, el
veloz contragolpe del
Praviano pone a Barto en el
área de Adán, y ante la
salida desesperada del
portero, clava en la red el
0-3. La comodidad y el
desparpajo del Praviano se
plasmó en un tiro desde
campo propio de David -que
había entrado por Luis- el
cual viendo a Adán muy
adelantado, no se lo pensó.
Su volea desde más de 50
metros pegó en el larguero,
en el que habría sido sin
duda el gol de la jornada.
Pero a los de Xiel les
quedaba un gol en la
recámara para terminar de
sacar los colores al Oviedo
B; a 8 minutos del final,
una internada de David por
banda derecha desarbolando a
su marcador terminó en un
centro medido a Aitor, que
no perdonó el cuarto del
partido, y que sería el
resultado definitivo.
De ahí al final, sin
historia. Como todo el
partido, sin más historia
que un buen Praviano, que
sabe a lo que juega, muy
superior a un Oviedo B
inexistente, sin velocidad,
sin ideas. Mala imagen del
filial azul que podría hacer
saltar las alarmas en El
Requexón, mientras que el
Praviano prolonga su buen
momento de forma y continúa
en puestos de play off.