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Óliver Torres aniquila al Avilés

 

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Domingo 30 de Septiembre de 2012
J. Perea
Madrid

El Avilés no pudo sumar en su visita al Cerro del Espino ante un filial atlético donde Óliver Torres marcó la diferencia.

3.- Atlético de Madrid "B": Bono; Manquillo (A), Tiri (A), César Ortiz, Víctor Mongil; Thomas (A), Saúl Ñíguez,  Cidoncha (Omar 58´); Iván Sánchez (Óliver Torres 73´), Pedro Martín (Gerard 84´) y Ndoye.

1.- Real Avilés: Rebollo, Salva, Juan Díaz, Borja (A), Aitor (A) (Sergio 85´), Jeffrey, Boris, Miguel (Cristian 65´), Geni, Alex Cruz, Ito (Gerardo 53´).

Árbitro:  Jiménez González. Comité de Las Palmas.

Goles: 1-0 m. 48 Álex Cruz p.p.; 1-1 m. 52 Miguel; 2-1 m. 75 Óliver Torres; 3-1 m. 90 Gerard Oliva.

Incidencias: Cerro del Espino. Terreno de juego en buenas condiciones.

Saltaba el filial colchonero con otra actitud, un lavado de cara que favorecía su imagen. Repetía el mismo guión de jornadas pasadas, haciéndose con la posesión del balón y tomando el timón del partido. Los nervios se podían palpar. Los gritos entre compañeros para no caer en errores infantiles eran constantes y estas misivas surtían efecto ya que la circulación del balón no tenía fisuras y era limpia. Parecía otro equipo, con más carácter y perspicacia. El sentido de elaboración tenía una idea concreta. Tocaban y tocaban en el centro del campo hasta aburrirse, pero carecían de precisión para ejecutar correctamente la idea que rondaban sus cabezas.  

Sin embargo, con el paso de los minutos, el juego del Atlético de Madrid B volvía a ser primitivo, básico y falto de originalidad. Un espejismo en la sorpresa que parecía haberse instalado. Abusaban de nuevo de desplazamientos en largo buscando la espalda de los defensas, intentando apoyarse en los desmarques de Pedro Martín, muy solo para descargar en otro compañero y buscar una segunda jugada. El delantero malacitano lo intentaba por sí solo, e incluso estuvo cerca de abrir el marcador con un disparo que se encontró con el travesaño.  

El orden con el que había iniciado el equipo que dirigía Marina se iba desmembrando. Saúl Ñíguez se sumaba con más insistencia al ataque y dejaba huecos en el centro del campo, que permitía al Real Avilés sumarse con más facilidad. Thomas, como mediocentro defensivo, barría y anulaba las jugadas ofensivas de los blanquiazules, que no encontraban la forma de superar al centrocampista africano. Los visitantes no daban sensación de peligro. Aguardaban su oportunidad atrás, esperando el fallo del rival y cediendo todo el protagonismo al filial del Atlético de Madrid. Una pobre imagen para un equipo del que se esperaba mucho más por cómo se había mostrado en anteriores jornadas. 

Ya en la segunda mitad, el Atlético de Madrid B arrancaba con ánimos y ganas. Lo representaba Ndoye, mucho más participativo e incisivo con sus ocasiones. Tras apoyarse con Saúl Ñíguez, llegó hasta línea de fondo para centrar un balón al punto de penalti, que se topó con Alex Cruz y desvió a gol para dar la ventaja al filial colchonero en Majadahonda. El gol relajaba a los locales, que se quitaban presión y encaraban el partido con más apremio. Sin embargo, poco duraría esta actitud ya que el Real Avilés encontraba más mérito del que merecía con un gol de Miguel, que atinaba a introducir el balón entre los tres palos tras un barullo con César Ortiz en el área pequeña.  

El partido entraba en una tónica de incertidumbres y vacilaciones en el juego. No había propuestas y ambos equipos se intercambian el testigo con pelotazos que invitaban a que llevasen la iniciativa del juego. En medio de esta anarquía de juego, Óliver Torres entraba en el terreno de juego sustituyendo a Iván Sánchez, muy desacertado con regates que las defensas ya conocen. Bastaron dos minutos para que el jugador de Navalmoral de la Mata se asociara con Pedro Martín tras un contragolpe iniciado por Bono. Pedro devolvía hacia Óliver Torres tras girar, que se plantaba solo ante Rebollo y picaba con sutileza por encima de él para devolver la ventaja al Atlético de Madrid B. 

Óliver Torres celebraba con rabia el gol. No ha sido su mejor semana, protagonista en esta ocasión por su no convocatoria en el último partido del filial rojiblanco. En medio de la oscuridad, se erigía como la luz, pidiendo paso a Santaelena y demostrando que ha recuperado la forma. Ofrecía un amplio repertorio de pases y movimientos, todo al primer toque. Dejó en una ocasión solo a Ndoye, que se plantó ante Rebollo y erró en su disparo. A la tercera iba la vencida: Óliver Torres disfrutaba jugando con el filial. 

Entre tanta locura, la figura de Pedro Martín se antojaba necesaria. Era el encargado de administrar los tiempos de partido, de cuando parar el tiempo o cuando darle más ritmo. Jugando de espaldas, aguantaba los balones y mataba el compás que intentaba proponer el Real Avilés. Unos quince minutos vitales, que solo pudieron evitar los blanquiazules cazándole cuando se marchaba en carrera y obligando a Marina a cambiarlo para dar entrada a Gerard. 

Fue precisamente el delantero catalán, que acababa de ingresar en el terreno de juego, quien daba la puntilla con un gol casi en el descuento, tras aprovechar una prolongación de Omar y definir al palo corto de Rebollo. Era el definitivo 3-1, no había oportunidad para que se escaparán los tres puntos.

ÁLBUM DE FOTOS
 

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