Un inicio que echó por tierra cualquier planteamiento previo. Manuel Díaz, lejos de realizar un cambio defensivo, apostó por bajar la posición de Álvaro López. Sin embargo, el juego blanco no mejoró. Muy espeso durante los primeros 45 minutos. Jugar con uno menos provocó que las distancias entre los jugadores pareciesen no tener fin. Por ello, la circulación de balón era lenta y tenía como fin un pelotazo en busca de Sobrino.

Los primeros minutos de la segunda parte respetaban lo visto en la primera. El orden del Avilés se potenciaba gracias al juego estático del equipo local. Provocar la lentitud y cerrar los espacios era la consigna del equipo visitante. La misma que llevó a cabo con una exactitud matemática.

Sin embargo, el paso de los minutos y el bajón físico de los asturianos dieron paso al mejor juego blanco. Burgui y Belima, ambos en dos ocasiones, pudieron empatar e incluso poner delante a su equipo. Pero les fue imposible batir a Rebollo, el mejor jugador del partido. Debido a que el gol no llegaba, Manuel Díaz arriesgó quitando a otro central para meter a Ángel, jugador de ataque. Con lo que de esta forma el equipo blanco acabó el partido sin su pareja de centrales titular. Un gesto digno de agradecer, puesto que aunque el gol nunca llegó, las intenciones de sumar puntos y luchar quedaron patentes hasta el último minuto.

Con esta derrota, la entidad blanca cierra una jornada aciaga, en la que han perdido el primer equipo, el Castilla y el Real Madrid C.