Tablas
en el marcador es lo que
reflejó el resultado de un
encuentro, donde se podría
decir que más que una pena
que cualquiera de los 2
equipos perdieran, en este
caso, lo injusto hubiera
sido que cualquiera de ellos
hubiera conseguido la
victoria puesto que por lo
visto en el terreno de juego
y el empeño y los méritos de
unos y otros, lo máximo que
podían conseguir fue el
punto que a la postre subió
a sus respectivos
casilleros.
Los primeros minutos del
encuentro transcurrieron con
la igualdad que fue la nota
predominante durante los 90
minutos. Los 2 equipos se
presionaban bien mutuamente
generando las pérdidas del
rival, y por tanto las
posesiones eran cortas y las
imprecisiones constantes. El
filial sportinguista se
notaba el bajón de tensión
después de venir de un
partido tan importante como
el que se jugó la jornada
pasada, mientras que el
Fuenlabrada se mostraba como
un conjunto serio, ordenado
y con oficio que no quería
arriesgar lo más mínimo y
sí, aprovechar las ocasiones
que le pudieran llegar.
Pasaron los minutos, y en la
primera aproximación
visitante, merced a un balón
parado en el min. 20 de
juego llegó el tanto
madrileño en una gran jugada
de estrategia botada desde
tres cuartos de campo al
segundo palo, donde apareció
el central Raúl Aguilar que
ganó muy bien la espalda
para asistir de cabeza al
otro central del equipo –
Marcos Mauro – que llegando
desde atrás y en carrera
voleó a la red de Dennis.
A partir de ese momento, el
Sporting ‘b’ intentó darle
un poco más de intensidad al
juego y ser más vertical
pero no conseguía generar
peligro y se perdía al bode
del área rival. Las dos
llegadas más claras de los
locales corrieron a cargo de
Santi Jara en el min. 28 que
se revolvió en el área tras
un buen pase de Pablo Pérez,
pero su tiro forzado y con
la pierna izquierda salió
cerca del palo derecho de
Basilio. 10 minutos más
tarde - 38 de partido -, un
buen desmarque de Alex
Serrano que basculó a banda
derecha – hoy jugó como
delantero centro por la
ausencia del goleador
Guerrero y no estuvo muy
afortunado ni participo en
exceso en el juego ofensivo
gijonés – sirvió para
asistir a Pablo Pérez que
después de dejar botar la
pelota enganchó un fuerte
disparo que terminó en el
lateral de la red. Así
llegábamos al intermedio.
La segunda parte comenzó mas
desordenada con tarjetas
para uno y otro equipo y con
el equipo asturiano buscando
más decididamente la puerta
visitante. En el min. 59
entró el juvenil Alex García
que más tarde sería decisivo
en el partido. También Adama,
después de superado el
castigo de la jornada
anterior entró al partido
para dotar al equipo de
mayor mordiente ofensiva
sustituyendo a Sergio y
dejando solamente a Barrera
en la contención.
Curiosamente en la primera
intervención de Touré – min
65 y él sólo llevaba 2 en el
campo – se fue de dos
jugadores y cedió a Bustos
que sacó un latigazo con la
izquierda cruzado que se fúe
lamiendo el palo. El
Fuenlabrada también fue
realizando el cambio de
piezas paulatinamente y sin
llegar claramente a portería
tampoco sufría en exceso
siendo su capitán – el
veterano Pachón – quien
asumía el juego, bajando a
recibir balones y forzando
faltas que desahogaban a su
equipo.
En
el min.80, coincidiendo con
la amonestación al técnico
visitante Salmerón, una
indecisión en el área
rojiblanca de Julio al dejar
botar una pelota sin
aparente peligro, termino
con un contacto entre el
zaguero sportinguista y el
atacante fuenlabreño que fue
reclamada como penalti por
los visitantes. En los
últimos minutos Jara se echó
el equipo a la espalda
profundizando por su banda,
sacando centros y forzando
jugadas que ya provocaban
nervios en la defensa
madrileña. Así, en el
min.88, tras el rechace de
un córner, el balón se abrió
a la izquierda donde Bustos
apuró hasta línea de fondo y
centro fuerte y raso hacia
atrás donde Alex García, en
boca de gol, remató para
poner el empate en el
marcador y hacer justicia a
lo que se estaba viendo en
el campo.
Todavía bordeando el
descuento, Pachón en un
balón colgado pudo
sorprender de cabeza pero
afortunadamente para Dennis
su remate se fue por encima
del larguero por muy poco.
Por tanto, reparto justo de
puntos entre dos equipos de
los que se esperaba mejor
juego y ocasiones, y donde
la igualdad y el centro
campismo fue la nota
predominante de un choque
que no quedará para
recordar.
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