El Marino pone fin a un año
en el que consiguió
asentarse de nuevo en la
categoría tras haber
ascendido en el anterior
después de dos años de
peregrinación por la Tercera
División. Los luanquinos
encaran ahora el 2013 con el
objetivo de sellar una nueva
salvación pero sin renunciar
a metas más altas.
Un año para recuperar el
terreno perdido
El
trabajo y el buen hacer del
tándem Luis Gallego-José
Luis Quirós volvió a dar sus
frutos en el regreso a
Segunda B del conjunto
luanquín. Tras dos años en
el infierno de tercera, los
marinistas regresaron en
2011 a Segunda División B y,
a lo largo del año que
mañana termina, lograron
consolidarse de nuevo en la
categoría con la humildad,
como siempre, por bandera.
Vivos en uno de los grupos
más complicados que se
recuerda
Con una mezcla de veteranía
y juventud el Marino de
Luanco consiguió la
permanencia en uno de los
grupos con más nombre de la
historia de Segunda B. Real
Oviedo, Tenerife, Real
Madrid Castilla, Albacete o
Lugo fueron algunos de los
rivales del Marino en su
retorno a Segunda B. Los de
Quirós navegaron con
tranquilidad por la mitad de
la tabla durante gran parte
de la temporada, pero un mal
final de Liga les hizo
acercarse, sin
consecuencias, a los puestos
de descenso.
El equipo comandado por José
Luis Quirós finalmente
concluyó la temporada
2011/2012 en decimotercera
posición con, justamente, 45
puntos, esa cifra que más o
menos se suele estimar a
principio de temporada para
asegurar la permanencia. El
año sirvió no solo para
certificar el objetivo de
lograr la salvación sino
también para corroborar la
fama que tiene el conjunto
marinista de plataforma de
lanzamiento para jugadores
jóvenes.
Promoción de jugadores
jóvenes
Por
las filas marineras
desfilaron la temporada
pasada jugadores como Sergio
Prendes y Jony, que, tras
una gran temporada en el
conjunto luanquín,
terminaron llamando la
atención de Alcorcón y el
Getafe. Otros como Álex
Arias, recuperaron
sensaciones sobre el césped
de Miramar. El mediapunta
formado en las categorías
inferiores del Real Oviedo,
se convirtió en uno de los
líderes del Marino en un año
muy difícil para él en el
plano personal.
Con líderes del vestuario
como los veteranos Rafa
Ponzo, Alberto Saavedra,
Castaño o Sergio Villanueva
–el único de estos jugadores
que abandonó el equipo al
finalizar la temporada-
jugadores como Pablo
Hernández y Queipo
desarrollaron su mejor
juego. Por desgracia, este
último caería lesionado de
gravedad, al igual que Titi,
y el nuevo año de 2013
tendrá que ser el de la
recuperación de ambos como
grandes activos de este
Marino de Luanco.
Tras el verano nuevos
jugadores, mismo objetivo
Con una sólida base del año
anterior, el Marino se
reforzó en verano con más
jugadores jóvenes
procedentes de la Tercera
División como Robert (Cudillero),
Diego García (Sporting B)
Diego Dos Santos
(Covadonga), Espolita y
Pablo Acebal (Caudal) o Chus
Hevia y Pablo Espina
(Vetusta). Sin embargo,
solamente los dos primeros
dieron el rendimiento
esperado en este primer
tramo de Liga. Acebal
incluso terminó abandonando
el equipo en el mes de
diciembre. Mejor rendimiento
aportaron otros jugadores
más veteranos como Omar
Hernández, uno de los
líderes de la defensa o el
batallador ariete Juanma,
que con 30 años afrontaba su
debut en la categoría.
También llegaron jugadores
de fuera de Asturias,
especialmente importante fue
el fichaje de Adrián Cruz,
el auténtico cerebro del
Marino en la medular. El
gallego recaló en el
conjunto luanquín tras
abandonar el Guijuelo, club
por el que había fichado en
verano procedente del
Montañeros. El conjunto
chacinero no daba garantías
de cobro y el mediocentro
decidió recalar finalmente
en Luanco. Junto a él llegó
también el ariete Jonathan
Reguero, que al igual que
Acebal, no continuará en
2013 tras abandonar el club
por motivos personales.
Tampoco estarán en la vuelta
al trabajo otros dos
fichajes, los laterales
izquierdos Enol y Alex
Blanco, que obligarán al
Marino a reforzar con
urgencia esa posición en el
mercado invernal.
2013, un año para aspirar a
algo más
A pesar de que varios de los
fichajes no han rendido al
nivel esperado y de estas
cuatro bajas que obligarán
al club a retocar el equipo
de cara al nuevo año. El
Marino cierra 2012 en novena
posición con la felicidad de
haber vuelto a convertirse
en un clásico de la Segunda
B que cada vez se encuentra
más cómodo en una complicada
categoría en la que la
mayoría de sus rivales le
superan en presupuesto. En
2013 el objetivo será
cerrar, a corto plazo, una
nueva permanencia, pero como
dijo José Luis Quirós a
comienzos de la temporada
“no se puede renunciar a
nada”.