El
Oviedo saca petróleo de sus
escasos acercamientos a la
meta de Sergio Aragoneses.
Dani Barrio volvió a fallar
en el gol encajado.
CD Tenerife: Sergio
Aragoneses; Javi Moyano,
Amado (Yeray, 46’),
Tarantino, Raúl Llorente;
David Medina, Íñigo Ros;
Suso, Luismi Loro (Cristo
Martín, 52’), Chechu; y
Aridane (Guillem Martí,
80’).
Real Oviedo: Dani
Barrio; David, Mantovani,
Baquero, Álvaro; Aitor Sanz,
Pascual (Manu Busto, 81’);
Casares (Jandro, 62’),
Cerrajería, Iker; y Óscar
(Diego Cervero, 64’).
Árbitro: José Luis
Munuera Montero, del comité
andaluz. Asistido por José
Ramírez Cárdenas y Bruno
Alcalá González. Expulsó por
doble amarilla a Aitor Sanz
(88’). Además amonestó a los
locales Javi Moyano (27’) y
Amado (43’); y a los
visitantes Pascual (47’).
Goles: 1-0 (78’):
Aridane le ganó un balón
aéreo a Dani Barrio, Cristo
Martín buscó un pase al
segundo palo y Suso, con la
izquierda, hace el primero
de la mañana. 1-1 (84’):
Diego Cervero aprovechó un
balón suelto, que ganó un
compañero, e hizo el gol de
la igualada.
Incidencias: Heliodoro
Rodríguez López. Mañana fría
y césped en óptimas
condiciones. Más de un
cuarto de entrada, con 8.525
espectadores.
El Tenerife se quedó con la miel en los labios. Después de una gris primera parte, el conjunto blanquiazul se desmelenó en la segunda mitad y tuvo a su merced a un Oviedo, que muy al final se encontró con un empate que no mereció (1-1). El líder mostró su nivel y el grupo de Félix Sarriguarte se marcha a Asturias con un premio que (casi) nunca buscó.
Y eso que el equipo asturiano mostró algo de ambición en los compases iniciales del encuentro. El partido se jugaba en el terreno blanquiazul. Los visitantes buscaban profundizar por su costado diestro, con un activo Casares. Además, en la parcela ancha, había un continuo tráfico de jugadores que limitaba los espacios. Había mucha tela que cortar en una mañana que prometía emociones fuertes.
Los minutos transcurrían sin ocasiones en ambas porterías, pero con la sensación de peligro circulando de un lado a otro. Una buena dejada de cabeza de Aridane sirvió para que Javi Moyano, llegando desde atrás, rematase alto (14’). No se soltaba el cuadro local arriba. Y había motivos. El Oviedo, en esa fase (luego fue otra historia) quería la pelota y además defendía lejos de la portería de un inédito Dani Barrio. El Tenerife no se encontraba.
Chechu primero y Suso después, con buenos disparos, lanzaron sus respectivos avisos al combinado asturiano. El rival ya parecía menos fiero, a pesar del nerviosismo de cierto (y minoritario) sector de la grada, poco dado quizá a encontrarse con un adversario respondón. Sí, la Segunda B también tiene estas cosas. Al filo del descanso, Suso se escapó por el costado izquierdo y muy al final de la acción, el asistente Alcalá González lanzó la bandera al aire señalando un dudoso fuera de juego. Aridane incluso había empujado el balón al fondo de la meta carbayona.
Retoque. Yeray tuvo presencia desde la reanudación y suyos fueron dos pases verticales, buscando peligro arriba. Novedad, y de consideración, porque en la primera mitad se echaron demasiado en falta acciones de ese tipo. Malas noticias para Luismi Loro. En una acción con Cerrajería, el mediapunta blanquiazul resultó lesionado, e incluso abandonó el campo en camilla. El ex del Elche dio paso a Cristo Martín (51’). Segundos después, Suso enganchó un derechazo que estuvo cerca de convertirse en el primero de la mañana.
Aridane se topó con Dani Barrio, tras una perfecta maniobra de desmarque y anticipación al primer palo, en lo que mereció ser gol. El balón le llegó desde el costado derecho de un Cristo Martín, que a continuación lo intentó sin fortuna (56’). El Tenerife crecía. De nuevo lo buscó el centrocampista local, tras una buena maniobra individual. Detuvo con seguridad Dani Barrio.
Suso y Yeray también buscaron el tanto. Comenzaba a parecerse a un asedio tinerfeñista sobre un replegado Oviedo, cuya principal tarea era, ahora, intentar frenar las acometidas de su ambicioso oponente. El equipo de Álvaro Cervera se había convertido es una especie de tuneladora. Una y otra vez perforaba el entramado defensivo del ovetense. Lo intentaba de todas las maneras, con esa línea de tres (Suso, Cristo Martín y Chechu) que funcionaba a pleno rendimiento.
De Aragoneses no se tenían noticias. En el minuto 78, la alegría se desató en el Heliodoro cuando Suso puso en ventaja a los suyos. Aridane le había ganado la partida por arriba a Dani Barrio y luego Cristo Martín dio con el ex del Hearts en el segundo palo. Lo más difícil estaba hecho, o no tanto. En una acción aislada, Diego Cervero aprovechó un esférico suelto en el corazón del área local para superar, desde cerca, a Aragoneses (84’). Todo se desencadenó tras una pérdida cerca de la zona de creación. Un tiro, un gol. Lo de siempre: fútbol es fútbol. Final (1-1).
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