El Avilés se impuso por 1-0 al C.D. Marino en un partido en el que los blanquiazules dominaron y no pasaron apenas apuros ante un rival flojo que jugó la segunda parte con un jugador más tras la expulsión de Miguel.

El Real Avilés buscaba volver a la senda de la victoria tras dos jornadas sin ganar. El rival, el CD Marino, invitaba a ello. Los canarios llegaban a Avilés como vicecolistas de la categoría y tras caer goleados la semana pasada ante el Salamanca. Sobre el césped del Suárez Puerta evidenciaron el porqué de su situación en la tabla, mostrándose como un equipo débil y con poco peligro a pesar de que el partido se les puso de cara al poco de empezar la segunda parte tras la dudosa expulsión de Miguel por, según el árbitro, golpear con el codo en la cara de un rival en un salto.

El Marino salió al campo con una defensa de cinco y la clara intención de dejar que fuera el Avilés el que llevase el control del partido. Por su parte, Chiqui de Paz aprovechaba el encuentro para probar cosas nuevas. Geni salía como máxima referencia en el ataque por delante de Miguel, con Naya ocupando, por sorpresa, la banda derecha del ataque avilesino.

Los blanquiazules entraron bien al encuentro. Presionando a un endeble Marino que no era capaz de pasar del medio campo. A pesar de que el rival dispuso una defensa muy poblada, el Avilés no tardó en perforar la meta de Matías. Fue Juan Díaz, una vez más el auténtico líder del equipo, el que abriría la lata. Fue en un córner directo, una de sus especialidades. El medio centro botó el saque de esquina desde la derecha y el balón cogió el efecto suficiente para sorprender a Matías en el segundo palo. El meta canario pudo hacer algo más para evitar lo que, a la postre, sería el único y definitivo tanto del partido.

A pesar de este gol el Marino no arriesgó. El Avilés tocaba y tocaba el balón con comodidad en el centro del campo sin que los canarios fuesen capaces de recuperarlo. La posesión del Avilés durante la primera mitad fue, claramente, la mayor de lo que va de temporada. Sin embargo el dominio no se correspondió con el número de ocasiones de gol, que no fueron demasiadas.

Poco después del gol, en el minuto 11, Miguel pudo poner tierra de por medio en el partido. El ariete presionó a Muny, se plantó solo ante Matías y lanzó una vaselina que el meta atrapó en dos tiempos, evitando así el segundo tanto blanquiazul. El propio Miguel protagonizó al filo de la media hora de juego una nueva llegada tras un gran movimiento de Geni en el área que habilitó al de Llanera, pero su remate se marchó desviado.

Mientras el Avilés controlaba el partido y buscaba su momento para llegar al área con peligro y generar ocasiones del gol, el Marino trataba de buscar alguna contra desplazando el balón al interior zurdo Javi Marchena que fue, durante la primera parte, el mejor jugador visitante. Suyas fueran las únicas internadas que generaron peligro, aunque nunca encontraron el remate.

El equipo de de Paz controlaba mucho el balón en el centro del campo, con Juan Díaz y Borja Prieto muy activos al no tener marcajes excesivamente férreos. Pero cuando el conjunto blanquiazul llegaba a la frontal de área faltaba profundidad. Abraham no tuvo un gran partido y Naya se encontraba totalmente desubicado en la banda derecha. El Avilés no pudo aprovechar su gran dominio para anotar algún gol más antes del descanso.

Tras el paso por los vestuarios el Avilés se pudo arrepentir de no haber noqueado antes al Marino. Seis minutos después de volver al terreno de juego tras el tiempo de asueto, Miguel fue expulsado tras un salto con Natael. El colegiado, Pérez Muley, interpretó que el ariete había golpeado con el codo al adversario en la pugna por el balón. Una acción que sirvió al Marino para igualar un poco un partido muy desnivelado, aunque el conjunto canario no supo aprovechar la superioridad numérica a lo largo de la segunda mitad.

El técnico visitante quiso arriesgar y dio entrada a Jorge Reverón y Balduino deshaciendo la línea de cinco defensas y retrasando la posición de Noda a la de lateral derecho. Un dibujo más ofensivo aunque poco resolutivo, ya que los canarios solamente lograrían generar una ocasión de peligro en toda la segunda parte.

Pero a pesar de la expulsión pudo ser el Avilés el que marcase primero. Escasos dos minutos después de la roja a Miguel, un saque de esquina botado por Abraham era peinado en el área por Salva para que Geni, con una espectacular chilena, enviase el esférico, por poco, por encima del larguero.

Tardó en reaccionar el Marino que no se acercó a la meta de Rebollo hasta el minuto 65, fue después de una buena combinación entre Sandro y Marchena tras la que este último, que encontró un gran pasillo en el área, probó a Rebollo con un fuerte remate, pero el portero, que no había tocado el balón hasta el momento en el partido, reaccionó bien enviando el balón a córner.

Cuatro minutos después llegaría la jugada más polémica del partido junto a la expulsión de Miguel. Un centro de Álex Cruz desde la izquierda fue empujado al fondo de la red desde el área pequeña por Naya, pero el linier levantó la bandera por fuera de juego. El ariete, que había vuelto a su posición natural en la segunda parte, se encontraba por detrás del balón en el momento del pase. La jugada fue muy protestada por la grada que desde la expulsión ya estaba indignada con el árbitro.

Tras esta jugada el Marino tuvo más presencia en el campo del Avilés, pero, lejos de encerrar a los blanquiazules, se mostraron como un equipo incapaz de lleva la iniciativa ante un conjunto blanquiazul muy bien colocado sobre el campo. Boris y Jorge Rodríguez solventaron con mucha solvencia los escasos problemas que se les plantearon a lo largo del partido. El gallego cuajó un excelente encuentro demostrando sus dotes para sacar el balón jugado desde atrás.

Sin demasiada historia el encuentro llegó a su recta final,. Al contrario de lo que tenía que ser lógico, debido al reparto de fuerzas y al resultado, fue el Avilés el que generó las ocasiones en los últimos minutos de encuentro. Primero fue Geni el que, con todo a favor, no fue capaz de empujar a puerta vacía un balón que le había servido Ito, que había entrado en la segunda mitad. En el descuento Aitor Tornavaca tuvo dos ocasiones más, pero su primer remate se marchó por encima del larguero y el segundo fue atrapado por Matías.

El Avilés selló así los tres puntos en un partido en el que si llega a haber apretado más durante la primera mitad podría haber goleado. Lo más positivo, además de los puntos, fue que el conjunto de Chiqui de Paz supo controlar el partido hasta el inferioridad numérica aunque el rival también ayudo mucho a ello mostrándose como el más flojo al que se ha enfrentado el Avilés hasta ahora.

ÁLBUM DE FOTOS