Continuamos con esta serie
de breves artículos
enfocados a cómo trabajar en
verano y qué tipos de
rutinas son las más
recomendadas de cara a estas
semanas lejos de los clubes
para su óptimo
aprovechamiento y
planificación.
Habíamos comentado en las
entradas anteriores
dedicadas a la resistencia
que dedicaríamos al trabajo
adaptativo las dos (en casos
puntuales tres) semanas
previas al inicio de los
entrenamientos grupales,
aunque este tipo de
recomendaciones son
parcialmente aplicables a
procesos en los que un
jugador debe reincorporarse
al trabajo de grupo tras
lesión. Y es que la
diferencia fundamental
radica en:
Semanas de adaptación a la
pretemporada.
Todos los jugadores parten
de un descanso y buscamos
que lleguen con un nivel
mínimo de cara a favorecer
la adaptación. Es en el
logro de este nivel mínimo
donde estamos focalizando
estas entradas.
Semanas de adaptación tras
lesión.
Sólo un jugador (o pocos)
busca adaptarse a un equipo
que está en pleno periodo
competitivo, al 100%, luego
hay que provocar
entrenamientos ascendentes
para que pueda incorporarse
al grupo con el menor
“desfase”. Lo trabajado en
estas entradas sirve para
las primeras fases de su
adaptación pero faltarían
los escalones siguientes.
Centrándonos en la primera
propuesta, en esa fase de
adaptación, la fuerza tiene
una importancia elevada. En
general la fuerza es una
capacidad clave a lo largo
de toda la temporada no sólo
por su papel determinante a
la hora de mejorar el
rendimiento (velocidad,
trabajo explosivo, etc.
dependen de esta capacidad)
sino por su importancia en
la prevención de lesiones,
tonificando y fortaleciendo
las fibras predisponiéndolas
a los esfuerzos futuros.
¿Dónde trabajamos la fuerza?
Aunque hay múltiples
posibilidades y con el
equipo desarrollaremos
muchas de ellas (con step,
con superficie inestable,
etc.) en el trabajo
individualizado recurriremos
a la sala de musculación,
allí encontraremos los
medios suficientes para
desarrollar este trabajo.
En dicha sala debemos
utilizar las máquinas
pero también los pesos
libres (mancuernas,
barras, etc.). El uso de las
primeras tiene como
beneficio que no es
necesaria una técnica
exquisita para hacer bien el
ejercicio, el movimiento –
conducido por un plano por
poleas – viene determinado
por la propia máquina.
Pero esta ventaja tiene
también algún pero, en el
sentido de que los trabajos
con pesos libres permitirán
una cierta inestabilidad a
la articulación con lo que
podremos trabajar a nivel
propioceptivo, así como
permiten realizar
movimientos más funcionales,
es decir, aquellos más
parecidos a lo solicitado en
fútbol y que van a necesitar
varios planos de movimiento
y grupos musculares incluso.
Eso sí el aprendizaje
técnico, como vimos, es
fundamental en este caso.
En un caso excepcional y
siempre que se haya
trabajado con el equipo
podremos proponer en las
rutinas “de verano” el
trabajo con gomas. Si el
jugador dispone de este
material y hemos trabajado
cómo aplicarlo veremos qué
rutinas propondremos.
¿Qué trabajos de fuerza
realizaremos?
Los más solicitados, sea con
el medio que sean, en esta
etapa son los trabajos que
buscan un desarrollo de la
fuerza general o
fuerza resistencia. Son
trabajos en los que
trabajamos con cargas medias
(50% a 65% o mejor, por
sensaciones, aquellas que
nos permiten realizar las
repeticiones solicitadas
constándonos un poquito al
final sin llegar a
“quemarnos”).
Las repeticiones se moverán
entre 20 y 25 y la
recuperación entre
ejercicios será baja (unos
30’’).
Solemos trabajar a modo de
circuito intercalando grupos
musculares e incluso
segmentos.
La recuperación entre las
vueltas o fases del circuito
podría moverse entre 1 y 3
minutos.
Un aspecto importante es la
velocidad con la que
trabajaré el ejercicio, la
velocidad se define por dos
dígitos siendo la proporción
que existe entre cómo
realizo la fase concéntrica
y la excéntrica. Así, por
ejemplo, un ejercicio de
velocidad 1-2 de press banca
es aquel en el que tardo el
doble en que la pesa llegue
de la extensión al pecho que
en extender los brazos.
La velocidad del ejercicio
es muy importante para el
logro de los objetivos
propuestos. En estos
trabajos nos moveremos en
velocidades 1-1 y 1-2.
En busca de la
individualización podríamos
proponer trabajos de fuerza
hipertrófica (potencia) para
jugadores en los que
busquemos un desarrollo
controlado de su masa
corporal (crecer). Este tipo
de trabajos los veremos en
la entrada siguiente.
Así trabajaré, al menos:
Tren superior |
Pectoral |
Dorsal |
Hombro |
Bíceps y flexores de
codo |
Tríceps extensores
de codo |
Y la combinación de ellos en
base a ejercicios
funcionales que nos interese
trabajar.
Del mismo modo, al menos:
Tren inferior |
Psoas – flexores de
cadera |
Glúteo – extensores
de cadera |
Abductores (glúteo
región externa) |
Aductores |
Tibiales |
Gemelo y sóleo |
Isquiotibiales |
Y la combinación de ellos de
igual modo.
Y a esto le añadiremos una
buena sesión abdominal –
lumbar o trabajo focalizado
en la cintura pélvica (CORE).
En este sentido conviene
aclarar que debemos
extremar la precaución
con los trabajos de tren
inferior poco demandados en
estas rutinas de verano
porque buscamos una
desconexión de piernas del
trabajo anual, por ello
debemos – de incluirlos –
ser muy cuidadosos en las
cargas pecando más de poco
que de pasarnos.
Caso distinto es el caso del
jugador lesionado, como
vimos, pero eso será motivo
de futuros artículos.
¿Ejemplos de rutinas?
Hay tantas como preparadores
o entrenadores, os dejo una
a modo de ejemplo de las
múltiples utilizadas pero lo
importante es adaptarla a
mis jugadores, su nivel su
experiencia, etc.
Como verás en la rutina hay
muchos ejercicios eso no
significa que los hacemos
todo, señalamos los que
vamos a solicitar a cada
jugador. Esto permite, entre
otras cosas, una atención
personalizada. Una rutina
sencilla para
sala musculación
sería:


|