Dedicamos el artículo de
esta semana a hablar, de
manera breve y general, de
la resistencia en el fútbol
y cómo será su trabajo en
los entrenamientos.
Son numerosas las
publicaciones a este
respecto pero queremos
evitar, como siempre, el
exceso de letra para
centrarnos de una manera
sencilla y directa en
nuestro trabajo en el
campo.
Queremos partir de dos
bases:
1º Saber lo que ocurre en
un partido es
fundamental para a partir de
ahí estructurar nuestros
entrenamientos no sólo a
nivel de cargas,
intensidades, etc. sino
también a través de
propuestas tácticas a través
de las cuales diseñamos las
tareas específicamente
pensadas para nuestros
jugadores.
En este enfoque es vital la
acción combinada de todo el
cuerpo técnico así como la
participación y el
conocimiento futbolístico
del preparador físico.
2º Derivado de lo anterior,
y aunque pueda sonar
redundante, es obvio que
todo lo que pueda
desarrollarse a través de
acciones específicas con
balón será prioritario.
Eso no debe cegarnos en
nuestro trabajo. Es decir,
si quiero incidir y mejorar
la velocidad pura de un
jugador lo más indicado, en
mi opinión, son trabajos de
velocidad corta (hablo de
deportistas ya sénior o
juvenil) añadiendo cargas
extras y/o en supra
velocidad… y todo ello
sin balón. Complementos a
sesiones a las que luego
puedo aplicar
“transferencias” al juego
específico.
¿Cuánto correr? Volumen.
Bases...
Numerosos
estudios nos
hablan de que un
futbolista
profesional
sénior
puede desplazarse,
de media, entre
11 y 13
kilómetros por
partido. En el
último partido
de Liga de
Campeones, donde
entre las
estadísticas de
los jugadores
sustituidos
venían los
metros
recorridos,
todos se movían
por esas cifras.
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A esto sólo añadir dos
matices anecdóticos: esto no
siempre ha sido así, es
decir, hace años el número
de metros era menor (se
habla de entre 4 y 6
kilómetros en los años 50 y
60 - Gonzalo Prieto, EF
Deportes "Análisis de la
carga externa en el fútbol").
Y el mismo estudio anterior
habla de que los
centrocampistas y gente de
banda realizan más metros
que defensas y delanteros.
Pero iremos más allá y un
estudio de análisis de
futbolistas centroeuropeo de
2002 nos habla de que la
mayor parte de esos 12
kilómetros, más de 3'4, los
hacemos caminando, lo
que supone algo más de 30'.
Un poquito menos, unos 3'2
los hacemos en carrera
suave (más de 25'). Casi
15', unos 2'5 km., los
hacemos en carrera
continua. 10', unos 1'7
km., los hacemos en carrera
intensa. 0'7 km., menos de
90'', los hacemos en
carrera fuerte. 0'4 en
carrera máxima y 0'2
en desplazamientos en
otras direcciones
(atrás, lateral...). El
resto hasta los 90' de juego
estamos parados. (Se
entiende que cifras medias
de estudio de numerosos
futbolistas).
Zubillaga A (2006),
tomado de rafabenitez.com, que
utiliza en nuestro país alta
tecnología para valorar
estos datos, afirma que los
jugadores de media recorren
unos 11196 metros, de los
cuales el 77,2% los realizan
en marcha, el 17,5% en
carrera y el 5,3% a sprint,
sumando un 22,8% los
esfuerzos a alta
intensidad.
Todo ello debe ser un
referente que debemos
valorar y tener presente a
la hora de plantear nuestros
trabajos de resistencia en
lo relativo al “cuánto”
¿Cómo correr? Intensidad.
Bases...
No sólo debemos centrarnos
sólo en los metros para
planificar nuestros
entrenos. La intensidad es
una variable absolutamente
necesaria y la frecuencia
cardíaca el método más
accesible y fiable para
considerarla.
Debemos entender que en
función del cuánto y del
cómo lograré objetivos.
Mezclando estos dos factores
proponemos (insistiendo que
es una propuesta personal
de quien os escribe y
que se basa tanto en los
estudios – no uniformes en
pautas con ciertas variables
– como en la experiencia
personal):
Trabajos de intensidad baja
en los que nos movemos entre
el 40 y el 70% de nuestra
FCd. máxima. En estas
intensidades podemos
trabajar diversas
duraciones, de 20’ ó 30' o
superiores. Serán trabajos
en los que buscamos
principalmente
regeneración (además de
propios del calentamiento…)
o en algunos casos la
adaptación (tras periodo
de inactividad, por
ejemplo)
Trabajos de capacidad
aeróbica,
nos movemos entre 70 y 85%
de la máxima, fundamentan la
base del trabajo como vimos
en las cifras anteriores.
Planteamos ejercicios de
entre 6’ y 30’
aproximadamente.
Trabajos de potencia
aeróbica,
entre el 85 y 95%, trabajos
exigentes de 3’ a 6’. Son
especialmente interesantes
para fases de intensidad
mantenida, aportando
recursos físicos altamente
necesarios.
Trabajos anaeróbicos,
sin presencia de oxígeno.
Son básicos en el fútbol.
Oscilarían entre los 30’’ y
3’si lo que buscamos un
trabajo de tolerancia
al lactato.
Como sabemos el láctico es
el “recurso” que el
organismo genera para
combatir esa ausencia de O2.
Pero su presencia provoca
situaciones inestables, sin
entrar en detalles, a las
que debemos acostumbrar al
futbolista.
Y, por último, los trabajos
próximos ya a la velocidad.
Vitales. Menores a 30’’ en
los que la fuente energética
son los recursos propios del
músculo ATP, fosfatos… con
inicial formación de lactato
(alácticos e inicios
de formación).
Y sólo una reflexión más,
fijémonos en el fútbol la
dirección de esos
movimientos de nuestros
futbolistas. Es decir, de
esos trabajos explosivos
pensemos cuántos son en
línea recta y cuántos, por
el contrario, llevan parejos
una rectificación de la
trayectoria, un cambio de
dirección, etc.
El trabajo en paradas,
arrancadas, cambios de
dirección, etc. entiendo que
es vital dentro de la
planificación de nuestros
trabajos de velocidad corta
y explosiva.
Añadido a ello, es cierto
que estos trabajos son los
que convierten al fútbol
(entre otros) en un deporte
agresivo físicamente e
intenso –siempre lo es más
que correr en línea recta-,
por ello la potenciación
muscular y articular como
fuente de prevención (ya
hablamos de ello en las
entradas de fuerza) se
convierte en fundamental.
Los trabajos con balón
El fútbol es un deporte de
exigencias mixtas como
vimos, es decir, durante el
juego se suceden diferentes
trabajos de resistencia. Por
eso nosotros
recomendamos incluir como ya
comentamos, el máximo número
de propuestas a través de
los juegos con balón. Desde
este enfoque podemos
diferenciar, entre otros:
a) Juegos
globales,
aquellos que jugamos en la
realidad del juego 11x11 o
con muy leves variantes
b) Juegos
tácticos en los
que fragmentamos en
propuestas sistemáticas las
situaciones que se dan en un
partido (contraataques,
ataques estáticos,
desequilibrios tácticos,
inferioridades…)
Ver entrada anterior
aquí sobre este tipo
de juegos globales
tácticos.
c) Pequeños juegos
específicos, en
espacios normalmente
reducidos, desde juegos de
posesión a rondo…
d) Trabajos
analíticos
son los que, aunque tengan
balón, presentan trabajos
aislados de resistencia. Ej.
Carrera con balón, pasillos
con pautas... etc.
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