Llegamos a la edad final de
la formación, una edad en la
que en muchos aspectos nos
encontramos a caballo entre
lo puramente educativo
y la búsqueda del
rendimiento aunque todo
ello con una característica
común, la clara
especificidad en los
trabajos, es decir, siempre
pensados y dirigidos a las
características de fútbol.
La verdad es que el día a
día nos enseña que esos dos
factores siempre están
presentes. Desde mi opinión
la competición es educativa
en sí misma por eso nunca
debemos dejar a un lado sus
valores de esfuerzo,
compañerismo, respeto al
rival, saber perder y ganar,
etc. Pero tampoco nunca se
abandona o debe abandonar el
carácter educativo del
entrenamiento: enseñamos
para formar también a corto
plazo, enseñamos para que
nuestros futbolistas se
adapten a nuestros métodos
(aunque nuestros jugadores
superen la treintena), para
que mejoren en el cómo
hacer… en suma, opino que el
futbolista debe ser
partícipe de lo que está
haciendo, de lo que
buscamos, ya que así
potenciaremos el resultado.
Edad juvenil y desarrollo de
la fuerza
Pero estamos en categoría
juvenil, una edad en el
desarrollo de los chicos y
chicas en la que ellos
comienzan su segunda etapa
puberal (adolescencia) y
ellas ya la van superando,
esto significa de una manera
simple que las chicas ya
alcanzan su plenitud para
los trabajos de las
vertientes de la fuerza que,
con sus variables, resultan
más importantes en el
desarrollo de nuestro
deporte: fuerza explosiva,
fuerza máxima y fuerza
resistencia. Por tanto,
desde esta edad (a partir de
los 16), podemos llevar a
cabo un trabajo casi
normalizado de estas
capacidades en las chicas.
Que su maduración (la de
ellas) sea anterior no
significa, como sabemos, que
sea mayor. La cantidad de
testosterona liberada
por los chicos hace que los
valores de fuerza sean cada
vez más amplios en ellos,
con carácter general.
Esta circunstancia es
propicia para acentuar el
desarrollo de la fuerza
explosiva, que alcanza unos
valores “top” también en los
chicos en esta edad y
empezar un trabajo de fuerza
máxima y fuerza resistencia
que alcanza valores muy
altos aunque deberemos
esperar un poquito (final de
esta edad juvenil e inicio
de la sénior) para que
alcance las cotas más altas
Tipos de trabajos
recomendados en edad juvenil
Como hemos dicho en esta
edad se alcanzan valores ya
casi máximos de las 3 sub
capacidades (fuerza
resistencia, explosiva y
máxima) más interesantes de
la fuerza para el fútbol.
Eso nos llevará a que
podríamos ya manejar, tanto
a nivel de planificación
semanal – temporada como de
trabajos concretos, todo el
abanico de acciones propias
de una etapa sénior.
A lo largo de las tres
entradas anteriores de esta
publicación y de la
siguiente (faltaría una 5ª
para terminar el ciclo de
fuerza en esta web de Fútbol
Asturiano) hemos realizado
múltiples propuestas de
medios de entrenamiento
(gomas, step, lucha, etc.)
que pueden ser utilizadas
también aquí.
Ahora bien, en esta etapa se
va a producir tanto un
aumento de las cargas como
de las sesiones anuales que
dedicamos a la fuerza.
A los trabajos ya comentados
en edades anteriores
añadimos por su importancia
los siguientes:
Sala de musculación.
El trabajo en la sala tiene
que tener un doble enfoque.
Por un lado el propio de
rendimiento, es decir,
aprovechar para mejorar los
valores de la fuerza en el
abanico más amplio posible.
Ya podemos incidir en el
desarrollo fuerza máxima –
fuerza resistencia – fuerza
explosiva.
Por otro lado no debemos de
dejar de trabajar el
aprendizaje de las técnicas,
tan importantes en la sala
de musculación. Enseñar a
realizar de manera óptima
los ejercicios más
importantes que conformarán
las rutinas y explicar para
interiorizar el cómo y el
por qué de los ejercicios.
Debemos procurar que los
futbolistas vayan siendo
poco a poco autónomos y
conozcan los ejercicios ya
que no sólo van a necesitar
este trabajo en sus
desarrollos con los equipos,
sino en los trabajos
individuales de
recuperación, preparación,
etc.
Buscaremos ya trabajos en
sala de musculación
específico y somos muy
partidarios del
entrenamiento funcional
frente a la máquina
tradicional. Recordamos que
hablaremos de entrenamiento
funcional
para referirnos al trabajo
de fuerza pero a través de
movimientos que implican
situaciones más “reales” y
por tanto varios grupos
musculares y planos de
movimiento.
Para ello debemos potenciar
la importancia de trabajar
con pesos libres (barras,
mancuernas, etc.) pero
siendo conscientes que con
ellos el riesgo de mala
ejecución es mayor y, por
tanto, la necesidad de una
óptima técnica.
Y también es necesario
llevarse balones al gimnasio
y poder trabajar con
materiales que permiten el
trabajo de fuerza desde la
técnica, o bien sacar el
gimnasio al terreno de
juego: el TRX, bosu,
lastres o gomas de
resistencia, pueden ser
algunas opciones.

Fuerza reactiva, multisaltos
y ejercicios pliométricos.
Otro aspecto muy importante
para nuestro deporte en el
que podemos iniciar su
trabajo en estas edades (aún
con sumo cuidado y de manera
progresiva) es el trabajo
reactivo a través de la
pliometría y los multisaltos.
A este entrenamiento, por
importancia, dedicaremos las
siguientes líneas con cierta
profundización.
Se calcula que
a partir de los 17 y hasta
los 20, con las variables de
la edad, se produce la
definitiva osificación y
calcificación de esqueleto.
Esto nos va a permitir, poco
a poco, trabajar desde este
punto de vista ya que en
edades de crecimiento el
trabajo de saltos, por la
acción del tendón rotuliano
principalmente sobre una
tibia en ciernes, puede
provocar lesiones de
carácter más o menos grave
como la conocida Osgood
Schlatter
¿Qué es la pliometría?
La base de la pliometría se
fundamenta en la fuerza
reactiva, en un reflejo
muscular (miotático) a
través del cual un músculo
previamente estirado (fase
excéntrica) genera una
fuerza mucho mayor y más
rápida que si el trabajo se
realiza desde "parado". La
velocidad se fundamente en
que esta última contracción
muscular viene
"directamente" de la médula
y no del sistema nervioso
central como en el
movimiento normal.

Este tipo de contracción es
muy frecuente en la mayoría
de los gestos deportivos y,
por ello, su especificidad
hace del entrenamiento algo
muy recomendable.
Este trabajo pliométrico,
acuñado en 1966 por Zatziorsky en
la extinta URSS, depende por
tanto del estiramiento
previo y del reflejo de
contracción concéntrica en
sentido inverso que es
directamente proporcional al
estiramiento. Es decir, más
fuerza concéntrica cuanto
más fuerza de estiramiento
haya (no es lo mismo caer
desde un plinto que
simplemente extender el
músculo desde de pie) y más
velocidad en ese paso
excéntrica - concéntrica,
aquí está la clave.
Fases previas antes de
incluir trabajos de
pliometría en el fútbol
Podemos coincidir con la
literatura especializada en
que hay que tener en cuenta
3 trabajos previos antes de
iniciar trabajos de fuerza
en nuestros futbolistas:
1º Calidad.
O sea, el trabajo técnico
específico.
Los ejercicios pliométricos,
por exigentes e intensos,
deben llevar paralelo un
buen trabajo de técnica,
éste pretenderá:
·
Evitar descompensaciones en
la columna vertebral
(fortalecimiento "core" y
buena técnica)
·
Evitar asimetrías en el tren
inferior (trabajo compensado
en cada repetición e
igualdad derecha -
izquierda)
·
Procurar que músculos se
impliquen innecesariamente (ej.
valorando separación de
punteras en los pies para
dosificar la implicación
aductor - abductor/glúteo)

2º Flexibilidad.
Con la implicación del
estiramiento previo debemos
tener un buen trabajo de
flexibilidad previo en el
tren inferior.
3º Fuerza.
Antes de comenzar con este
tipo de trabajos la
planificación nos lleva no
sólo a una serie de trabajos
de base desde categorías
inferiores, sino una
adaptación de trabajos en la
propia temporada en la que
estamos. Los inicios a
través de la fuerza general
y los posteriores trabajos
de fuerza máxima antes del
trabajo pliométrico son la
progresión más recomendada.
PROPUESTA PERSONAL PARA
ENTRENAMIENTO EN FÚTBOL
La pliometría, por su
agresividad en las cargas,
es recomendada para incluir
en los programas de
entrenamiento desde edad de
juvenil. Hay muchos
elementos que tenemos que
tener en cuenta antes de
aplicar estos trabajos, pero
fundamentalmente hay que
asegurarse que existe un
trabajo previo de
asimilación técnica.
En estas entradas estamos
viendo como en las escuelas
de fútbol
pueden incluirse trabajos
variados de saltos desde
edades pre benjamín, por
ello, no debemos
conformarnos con hacer,
los jugadores/as deben saber
hacer.
Es fundamental un trabajo
coordinado desde los
técnicos con el
asesoramiento del preparador
físico en el desarrollo en
las diferentes edades de la
escuela.
Pero además de esa
programación inter anual
(cada año de formación en la
escuela) debe haber otra
intra anual, es decir, la
planificación de la
temporada.
Los trabajos de fuerza
necesitan de una progresión
en los futbolistas para
provocar una adaptación
muscular progresiva y no
dañina.
Sabemos que el orden lógico
recomendado para nuestros
futbolistas es comenzar con
trabajos más generales (fuerza
resistencia) para
continuar con trabajos de fuerza
máxima. Desde aquí será
más óptima la transferencia
y aprovechamiento de las rutinas
explosivas.
Vistas las generalidades del
trabajo pliométrico propongo
un trabajo específico
aplicado al fútbol por
niveles. La utilidad de este
trabajo se fundamenta en la
posibilidad de construir
múltiples ejercicios con la
simple combinación de los
elementos planteados.
Os dejo hoy una propuesta
NIVEL 1.

Podemos dar un paso más en
el desarrollo de las rutinas
de pliometría para
planificar sobre un nivel
2, saltos
en desplazamiento.
Esta simple variación,
además de provocar
diferentes adaptaciones
musculares y un mayor
desarrollo de la fuerza
explosiva, nos permitirá un
diseño de ejercicios con
mayor variedad y
especificidad.
Como siempre os dejo una
serie de variables para que
puedas combinar, crear tus
ejercicios y seleccionar la
rutina ideal.

Como tercera fase en la
progresión al trabajo
incluimos trabajos de
pliometría en la que la
acción de un compañero o
material crea una oposición
– resistencia haciendo que
la carga aumente y, por
tanto, la dificultad y
procesos de adaptación.
Como podemos ver en el
cuadro resumen posterior, no
se trata de nuevos
ejercicios de trabajo sino
de adaptar los planteados en
los niveles 1 y 2 con esas
cargas extras.

Podemos complementar el
trabajo pliométrico con un
trabajo en grada donde la
carga que supone ese tipo de
desnivel potencian los
procesos de adaptación y,
por ello, nuestra fuerza
explosiva.
Incluimos nuestro cuadro –
propuesta.
Con todo ello entendemos que
tenemos los elementos
suficientes para crear
entrenos dirigidos al
trabajo de fuerza explosiva
orientada tanto al salto
(principalmente) como a la
velocidad en función de cómo
orientemos las
transferencias).
La adecuada planificación de
los mismos tanto en entrenos
como descansos nos llevará,
sin lugar a dudas, a un
proceso de mejora de
rendimiento y a una
protección y reforzamiento
muscular clave en la
prevención de lesiones.
La semana que viene
Fuerza y Fútbol Base (y 5):
Fuerza, imaginación y fútbol
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