El Sporting cae derrotado por 1-2 en un partido horrible por ambos conjuntos. La afición estalla contra los jugadores.

Fue bonito mientras duró. Fueron 4 años de ilusión para el sportinguismo. Hoy 31 de Marzo, se vivió un revival de lo que sucedió, contra el mismo rival, el Zaragoza, en 1.998 cuando el Sporting descendió a Segunda División. Los que vivimos aquello nos avergonzamos de la actitud del Molinón en aquel partido, mirando al campo y nunca al palco dónde presidía un tal José Fernández Álvarez. El mismo, que en la sombra sigue mandando hoy en día. El mismo que cogió un equipo en 1.994. Un equipo saneado que de vez en cuando peleaba por entrar en Europa. Bajo su mandato se bajó humillantemente a Segunda, generó casi 70 millones de deuda y casi lo hace desaparecer de no ser por la intervención de un juez. Hoy en el mismo sector del Molinón que hace 14 años, adivinen cuál, se arrancó lo mismo de hace 14 años. “Jugadores mercenarios” y “esta camiseta no os la merecéis”. Al palco nadie, exculpándoles de la culpa, o como mínimo, la parte que les corresponde.

Aunque no matemáticamente y aunque “el veneno al perro se lo echase otro” el Sporting es equipo de Segunda División. Y es que da igual si mañana pierde el Vilarreal y el Sporting, hoy colista, sigue estando a 6 puntos de la salvación y el equipo castellonense debe visitar El Molinón. Hoy el Sporting salió al verde del coliseo gijonés con todo lo que tiene. De las Cuevas, Colunga y Barral arriba y Cases, Rivera y Castro en mediocampo. El Zaragoza salió con lo justo, 5 defensas y dos medios de contención más que de creación. Planteó un partido de choque, de continuas interrupciones, de no dejar jugar el centro de campo hoy creativo del Sporting. Y lo consiguió, el Sporting no hilvanó ni una solo jugada en todo el partido. El único peligro fue a balón parado, siendo la primera ocasión un remate de cabeza de Barral en el minuto 18 que repelió Roberto de forma soberbia. El Sporting se vino algo arriba, Colunga pecó de “chupón” en un robo de De las Cuevas en campo rival que Colunga lanzó flojo a las manos de Roberto con Barral en franca posición para fusilar al meta. Y el que respondió, y como lo hizo, fue el Zaragoza. Un despeje acrobático de Obradovic, lo peinó de espaldas Pinter y el balón le llega a Postiga que con facilidad bate a Juan Pablo en el mano a mano. Primera llegada con peligro y gol. Desde el gol hasta el descanso el Zaragoza tuvo sus 10 mejores minutos en el partido pudiendo haber subido el 2-0 en una jugada personal de Lafita, el mejor de los maños, que mandó Juan Pablo a córner. El Sporting llegó al descanso con 0-1 pidiéndolo a gritos.

En el segundo tiempo no tardó Eguren en un córner en restablecer la igualada. Fue un espejismo, lo que parecía que eran 40 minutos de acoso y derribo fue el mismo espectáculo insulso que se vió en el primer tiempo sin apenas ocasiones y contínuas interrupciones y enganchadas en el terrno de juego. Clemente volvió a demostrar que no sabe leer los partidos con los cambios, Lora tenía más o menos atado a Lafita, Canella fue un auténtico coladero. André Castro le ponía garra y pelea en el juego, Trejo un pasota que se escondía. Barral presionaba como un poseso, y Sangoy lo que hacía era fallar un gol clamoroso a 10 metros de la portería tras una grandiosa jugada de De las Cuevas. Así, de despropósito en despropósito, Lafita en el minuto 90 puso el 1-2 y sentenciaba al Sporting, justo después de una jugada en la que Sangoy en un pase fácil de menos 10 metros pudo dejar a Colunga solo ante el portero, pero su pase llegó hasta el recinto ferial del otro lado del río Piles.