El filial del Real Oviedo llegaba a la última jornada sin depender de si mismo para lograr la permanencia después de la dolorosa derrota de la jornada anterior ante el Ceares.

Fermín presentaba un equipo muy ofensivo y con un planteamiento más lógico, donde Madeira actuaba de 9 puro, abandonando la banda izquierda. Las bandas las ocupaban Chamorro y Espina y Hevia ocupaba el enganche. 

El Vetusta comenzaba el partido bien armado atrás y esperando salir en velocidad en las contras. Esta táctica dio sus frutos rápidamente, ya que en el minuto 4 David ponía un balón en largo a Chamorro quien con el exterior de la diestra cruzaba el balón ante la salida de Porrón. 1-0 y a esperar noticias desde Navia.

El Vetusta no quería sorpresas y seguía buscando el gol para evitar sustos inesperados. Espina , de cabeza, pudo ampliar la diferencia en el 8, pero su remate franco se fue fuera por poco, al igual que el remate de Madeira tres minutos después.

La primera ocasión del Lealtad llego en el 16 cuando Natan no aprovecho una perdida de balón de Tato. Tres minutos después era Pelayo quien recogía un balón en el segundo palo y no acertaba a resolver ante un Aitor fuera de su portería.

El partido entraba en una fase donde el Vetusta esperaba atrás y el Lealtad movía el balón sin excesiva profundidad, hasta que en el 36 Natan conectaba un disparo cruzado raso desde la frontal ante el que no llegaba Aitor. 1-1 y aunque las noticias desde Navia acompañaban, la intranquilidad hacia acto de presencia.

Esta sensación apenas duro unos minutos pues en el 40 David González ponía un centro desde la izquierda, Catu y Chus Hevia saltaban con Javi  Porrón y el balón caia al suelo entre varios jugadores, golpeando a Mario e introduciéndose en la meta del Lealtad. Los azules se acercaban a la permanencia con el 2-0 en Navia. 

En la segunda parte las mejores ocasiones fueron para el Vetusta a la contra, pero no lograron perforar la meta de Javi Porrón.

El ataque azul funcionaba cuando aparecía un eléctrico Pablo Espina, quien conducía, disparaba y asistía a sus compañeros.

El Lealtad apenas contó con ocasiones, pero la salida de Jonathan le dio mucha velocidad a su ataque. Jonathan obligo a Aitor a despejar apuradamente un centro suyo en el 81, y en el 83 lograba el gol con una bonita vaselina sobre Aitor, pero el auxiliar se lo anulaba por fuera de juego.

En el minuto 82 ocurría la anécdota del partido, cuando se lesiono uno de los auxiliares. Al no haber cuarto arbitro, el partido finalizó con solo un auxiliar.

En los últimos minutos, Omar pudo cerrar el partido pero no encontró la portería en un remate franco dentro del área pequeña. 

Al final del partido los azules celebraban la permanencia aplaudiendo al escaso público que se acerco al Requexon.

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