El resultado lo dice todo. Apabullante superioridad del R. Avilés ante un Navia que mostró un nivel muy bajo, impropio de un partido entre dos equipos de la misma categoría. El Avilés se encontró con un equipo que le iba a dar todo clase de facilidades, desbordado en defensa, flojo en el centro e inexistente en la delantera. Solo Kevin mantuvo el tipo y evitó una goleada de escándalo.

Todos los goles fueron de una factura parecida, los avilesionos se conformaban con robar el balón, salir a la contra y pillar a su rival fuera de bolos. En el min.2, Juan Díaz penetra por la izquierda, pasa a Miguel Cedrón quién solo tiene que empujar el balón a la red. En el min.9 y tras un robo en el centro del campo, pase en profundidad a Abraham que bate a Kevin en su salida. En el 18, nueva contra local y es Juan Díaz, solo en el área pequeña quién anota el tercer gol y en el 28 es Milio quién tras otro pase en profundidad, encara a Kevin y lo bate por bajo. Van 34 minutos de partido, cuando el Navia hace su primera falta en el partido, lo que da muestra de su candidez y pasotismo en el día de hoy. El ataque naviego se limitó a un disparo de Raúl a las nubes y otro de Tomás desde el borde del área que detuvo bien David. La primera mitad parecía un partido de entrenamiento de los locales.

En la segunda parte y con la entrada de Pachi y Marcos Iglesias parece que los visitantes dan señales de vida, pero es un espejismo, pues los locales en cuanto pueden aprietan el acelerador y crean cantidad de ocasiones, bien resueltas por Kevin, que evita una goleada vergonzosa, pero no puede impedir que en el min.64 Miguel Cedrón remate de tacón a un metro del portero naviego, tras una jugada de Sergio por la derecha y en el 70 el propio Miguel Cedrón anote su hat trick, haciendo el 6º de su equipo, también en boca de gol y pase en este caso de Milio. Ya al final Marcos Iglesias tuvo en sus botas el gol del honor, pero anduvo lento en el remate.

Resultado que lo dice todo y en descargo de los naviegos, sólo el hecho de que llevan entrenados en el último mes -por problemas de impagos-, tantos días como el Avilés en una semana, lo que quizás resultara decisivo en el choque, aunque el partido se rompió ya de inicio.