Steven Spielberg y George Lucas titularon la primera de sus películas de Indiana Jones Raiders of the lost ark, la traducción el español fue “En busca del arca perdida”. El Sporting tiene su propia cruzada. Tiene la misión, casi imposible, de lograr la permanencia en esta temporada llena de despropósitos deportivos y extradeportivos. Decía Nacho Cases, el jugador de la plantilla que mejor escenifica el estado de ánimo de un sportinguista de a pie, en Twitter esta semana que nadie bajase los brazos que la permanencia es posible y si para ello hay que ganar los cinco partidos que quedan se ganarán los cinco. Si dejamos a la cabeza imponerse al corazón el objetivo se presenta casi imposible, con 5 puntos de desventaja con Villarreal -que tiene que venir al Molinón en 10 días- y al Granada, pero ambos con un partido menos. En Gijón se espera que uno o ambos pinchen para seguir soñando e ir a Cornellá a disputar una nueva “final”.

En cuanto al partido, Javier Clemente dispuso una línea de 5 defensas atrás con Damián Suárez –excelente partido- y Ayoze de carrileros puros y 3 centrales. Botía, Gregory y un sorprendente Moisés sujetando a Michu al que amargó su presencia en el césped gijonés. Lora por delante sujetando la medular, pero partiendo siempre en inferioridad numérica por la presencia de dos buenos jugadores como Movilla y Trashorras. Siempre corrió el rumor de que Lora en Primera División no se comería un colín como mediocentro. Una de las cosas buenas que ha hecho Javier Clemente desde que llegó a Gijón es darle confianza y continuidad al mostoleño en la medular y está respondiendo con creces haciendo, y siendo fundamental, partido tras partido. Por delante el trío de mediapuntas habitual: De las Cuevas, Trejo y Colunga y Sangoy –en uno de los mejores partidos que se le recuerda desde que está en Gijón.

Empezó fuerte el Sporting, con mucha intensidad, y Sangoy en un gran pase de Damián Suárez a la espalda de la defensa no pudo con Joel en el mano a mano. Fue el aviso de lo que ocurrió 12 minutos después con el gol. Diego Costa no despeja en un córner y el balón en un baruyu en el área pequeña lo remató finalmente Sangoy a la red. Justo después del gol un fuerte disparo de Miguel de las Cuevas pudo poner el 2-0, pero Joel detuvo muy bien. El Rayo perdonó el empate en una jugada en la que Diego Costa dribló a Juan Pablo y con la portería vacía chutó fuera. Inexplicable. El partido era aburrido, pero cuando se llagaba a las áreas era con peligro. El Rayo en un córner volvió a errar y a continuación, más claro aún, Colunga lanzó un chut cruzado desde el vértice del área izquierda que Joel atrapó con mucha seguridad. Así se llegó al intermedio.

A la vuelta de vestuarios el Sporting perdonaría, y lo pagaría. Sangoy envía una falta al larguero y en la jugada posterior Labaka remata un balón parado lateral y sube el empate. Nuevo bajón y a volver a empezar. Pero hoy, como el día del Levante, las sensaciones eran distintas al resto de la temporada y el Sporting no le perdió la cara al partido. Fue encerrando al Rayo cada vez más y las ocasiones de Sangoy en un remate de cabeza y de Trejo, flojo, fueron el aviso. No obstante, Diego Costa pudo poner el 1-2 pero remató mordido y desviado, no era el día del brasileño.

El 2-1 llegaría en una pérdida de Raúl Bravo ante Sangoy que le mete el balón al espacio a Bilic, recién incorporado al campo, Labaka lo derriba por detrás siendo el último defensor y el colegiado no duda en expulsar al vasco. Roja clara y Bilic en la ejecución de la falta supera la barrera, Joel se queda clavado y el balón entra en la portería. 2-1 y subidón. De ahí al final fueron los minutos más atroces que vi en un estadio de fútbol en mucho tiempo. El Sporting era un flan con un miedo a perder su ventaja enorme. Casado fue expulsado por doble amarilla tras derribar a Ayoze en una carrera de más de 60 metros del canario y la falta la tiró Sangoy al palo del portero sin problemas para Joel. Si bien el Sporting debió matar el partido definitivamente, casi mata al graderío de un infarto Delibasic cuando, con nueve jugadores el Rayo, recogió un balón largo, se burló insultantemente de un lento Moisés con un quiebro y su tiro lo rechazó Juan Pablo cuando el 2-2 ya se parecía ver en el marcador. Los jugadores del Sporting reclamaron fuera de juego, que no parecía existir. Al final, el final fue feliz y el Sporting suma 31 puntos que le permiten continuar su cruzada con alguna, escasa, operación de éxito.

Sandoval reclamó en rueda de prensa que ninguna de las expulsiones era, mientras que Clemente dijo que se podrá descender o no, pero que el equipo se deja el alma y más, pero que le faltan otras cosas. Claro, ya sabemos que el veneno al perro se lo puso otro, aunque él no ayudase mucho a des envenenarlo. El fin de semana que viene el Sporting viaja a Barcelona para medirse al Espanyol en Cornellá-El Prat. Una nueva final para seguir buscando la permanencia soñada.