El oportunismo, la picardía, la veteranía y el mal arbitraje de Coronas Durán, dieron la victoria ante un Langreo luchador pero sin apenas oportunidades.

El derby Langreo-Avilés recuperó los tintes de años pasados y, con los dos equipos con objetivos ambiciosos, se vio un buen partido en Ganzábal, que comenzó con un homenaje a los veteranos del club, en uno de los actos del 50º Aniversario.

El partido tuvo muchas faltas, en las que el colegiado Coronas Durán pecó de anticasero. Los dos equipos se mostraron más preocupados de no encajar, de intentar controlar el juego y de evitar un despiste defensivo, como en el que vino el gol del partido.

La primera parte transcurrió sin apenas ocasiones para los dos equipos, los defensas se lucían en cortar todas las aproximaciones de ambos conjuntos, con un juego continuamente parado por las numerosas faltas tácticas.

En la reanudación más de lo mismo, aunque comenzaron tímidas aproximaciones, que se transformaron en ocasiones, en el min. 64 una falta botada por Alonso, obliga a lucirse a David Armengol para evitar el 1-0. Tres minutos después, un balón largo de Juan Díaz para Naya, en el que el delantero le gana la espalda al central y asiste a Miguel, que recorta al otro central y bate a Calleja en la primera llegada al área langreano.

Los de Daniel Suárez se lanzaron al ataque en la búsqueda del empate y pudieron conseguirlo en los minutos finales, de nuevo a balón parado con una falta botada por Alonso, la atrapa el portero, y en el salto con Villa, parece que al caer el delantero pisa al portero y le golpea, sacándole el colegiado la tarjeta roja directa en el tramo final del partido.

Ya en el tiempo de prolongación, una falta sacada por Kily, pasa de todo en el área, y el Sr. Coronas pita  falta en contra del Langreo.

Al final del partido incidentes entre los más exaltados de las dos aficiones, donde tuvo que intervenir la policía para evitar males mayores, aunque no evitó que hubiera agresiones entre las dos partes.