El Toledo achuchó en los últimos compases del encuentro al Sporting B, pese a tener un hombre menos

Todo indicaba que el Sporting B iba a sumar su primera victoria y así fue. Aunque a priori el rival no era el más indicado, ya que el Toledo era el equipo menos goleado de la categoría a la vez que el menos goleado, sin olvidarnos que a los manchegos se les daba bien el Pepe Ortiz, pero como bien sabemos las estadísticas están para romperlas.

El encuentro comenzó con dominio de los hombres de Manolo Alfaro bien situados sobre el rectángulo de juego y presionando al filial gijonés. Los verdiblancos lo intentaban siempre desde la lejanía, pero todos los balones iban fuera. Al cuarto de hora, el Sporting B le robó el protagonismo a los toledanos, y en el 18 Santi Jara dio el primer aviso desde la derecha despertando a un gran Saavedra que envió el balón a córner. Tres minutos después, Santi Jara de saque de esquina, envió el balón a la cabeza de Carlinos, quien la envió fuertemente a las manos del portero.

El Sporting B fue a más y los nervios en la zaga manchega comenzaron a crecer. Prueba de ello fue que, en el 23, un inseguro Amores, derribó a Santi Jara en el área. Claro penalti que señaló el colegiado vasco González Esteban y que Guerrero introdujo entre los tres palos sorprendiendo a Saavedra por su izquierda. Pero el filial no se conformaba con el 1-0, quería más. En el 27, Álex Menéndez lanzó una falta desde la izquierda que envió fuera por muy poco.

Pero el Toledo no se durmió en los laureles. Abel Buades, en el 38 lanzó raso a puerta, pero Raúl, muy atento durante todo el encuentro, sacó una prodigiosa mano que envió el balón a saque de esquina. Cada ataque de los verdiblancos era contestado con un contraataque del filial. En esta ocasión, Álex Menéndez se marcó una cabalgada que combinó con Carlinos, para que este último se la cediese a Santi Jara quien envió como un latigazo a manos del meta contrario.

Ya en el segundo tiempo, Carlinos, que quería demostrar su talento como goleador, lo intentó en el 55 con un potente disparo desde fuera del área que Saavedra tuvo que atrapar en dos ocasiones. Al minuto siguiente, el colegiado dejó con un jugador menos a los verdiblancos al mostrar una más que rigurosa segunda tarjeta amarilla a Amores por una supuesta mano. A raíz de esta circunstancia el Sporting B quería el segundo gol para ir cerrando el partido, mientras que el Toledo buscaba con más ahínco la igualada. Prueba de ello fue la entrada en el terreno de juego de David Sanz para tratar de cambiar su juego a un modo más directo. El segundo pudo llegar en el 62 cuando Cruz no supo finiquitar de cabeza un centro de Álex Menéndez. Tres minutos después, los manchegos tuvieron una ocasión en las botas de Óscar y en el contraataque, a modo de respuesta, Serrano de tiro cruzado envió el balón fuera.

El retorno de Juan Muñiz

En el 66 Serrano dejó su puesto a Juan Muñiz, quien volvía a un terreno de juego tras superar una microrrotura fibrilar. Su entrada en el campo ofreció una mayor velocidad al ataque de los gijoneses pero en esta ocasión no tuvo su recompensa en una serie de asedios hacia la portería defendida por Saavedra. Cerca ya del final del partido, el Toledo no se achicó y se lanzó decididamente a por el empate, pero casi todas sus jugadas fueron desbaratadas por Moisés, quien parecía tener un imán en su bota. La última ocasión del partido, ya en el 94 la tuvo el Toledo al gozar de una falta al borde del semicírculo del área. Abel Buades, uno de los mejores del cuadro verdiblanco, no supo darle al esférico, el cual chocó con la barrera gijonesa a la vez que el colegiado señalaba el final del partido, o lo que es lo mismo al indicar a los 500 asistentes al Pepe Ortiz que el Sporting B sumaba su primera victoria del campeonato.

Triunfo balsámico

Esta victoria no solo supone tres puntos más para el casillero, sino también indica una dosis de motivación para los jugadores al vencer a un equipo que todavía no sabía lo que era una derrota, a la vez que se trata del conjunto menos goleado de la competición.