Partido con muy pocas
ocasiones. El Vetusta sigue en la zona baja y el
Pumarín consigue un valioso punto.
El filial del R.Oviedo y el
Pumarín empataron a nada en una mañana pasada
por agua. En un partído en el que las ocasiones
pueden contarse con los dedos de una mano -y aún
sobran-, en el que los hombres de ataque de
ambos equipos naufragaban en la frontal del área
rival, el empate a cero aparece como un
resultado inevitable.
Por juego, por calidad de sus jugadores plasmada
en buenas jugadas de combinación, los de
Velázquez demostraron estar un peldaño por
encima de los de Miguel Fernández, pero de poco
sirve trenzar y combinar con relativa facilidad
en el centro del campo si luego las ocasiones de
gol escasean como en el día de hoy, desbaratadas
en buena parte por una defensa del Pumarín que,
sin demostrar grandes cosas, se bastó para
anular a la delantera azul. Así, Jairo Cárcaba
pasó prácticamente inadvertido en todo el
encuentro, aunque lo intentó con desmarques y
aproximaciones, pero sin éxito.
En toda la primera parte podemos contabilizar
una ocasión medianamente clara de Chamorro para
el Vetusta, que se internó en el área con
rapidez, pero su disparo lo atajó sin problemas
Antonio. Sucedió en el minuto 37, y apenas hay
más que contar en este primer tiempo. Por su
parte el Pumarín trataba de presionar la salida
de balón del Vetusta con Sergio y Jesús
Alejandro intentando arrebatar algún balón, pero
la defensa del filial estuvo a buena altura.
La segunda parte ofreció más de lo mismo,
defensas imponiéndose al ataque y mucho juego de
centro del campo, si bien en la recta final del
partido ambos equipos parecieron despertar del
letargo en el que parecían haber caído. En todo
caso, el marcador no se movió y las ocasiones
fueron muy escasas. Yosu en el minuto 64 lo
intentó en un tiro raso atajado por Antonio, y
un apagado Robert tuvo una ocasión a cuatro
minutos del final en un balón que le llegó
rechazado, pero que al tirar pegó en un
compañero y salió fuera.
En resumen, empate a nada. El arbitraje de
Barbeira Juste puede considerarse correcto, solo
en la recta final del partido desplegó un
pequeño recital de tarjetas, pero fue un
encuentro sin complicaciones ni jugadas bruscas.
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