Mal viaje del Oviedo a tierras canarias. Pacheta alineó a los mismos de la semana pasada, con el cambio obligado de Pelayo por Jorge Rodríguez.

El Vecindario acudía con urgencias al encuentro con el fin de sumar para salir de la zona baja de la clasificación y consiguió prolongar su racha a cinco partidos invicto.

Los dos equipos exhibieron una forma muy diferente de enfocar el partido, los locales buscaban un juego elaborado, sin entrar al juego directo que ofrecía el Oviedo, pero el primer tiempo fue aburrido y sin apenas ocasiones. Destacar un tiro de Rubiato en el minuto 36 que se fue a centímetros del poste de la portería del veterano Santi Lampón y en el 39 un disparo al travesaño del ex-delantero del Real Oviedo, Moisés.

Nada más comenzar la segunda parte, Rubiato se resiente de un golpe en el tobillo derecho y es sustituido por Manu Busto, que apenas intervino en el juego. Minutos después, Owona pedía el cambio con molestias y entraba en su lugar Falcón, que volvía después de casi tres meses. Curiosamente los dos jugadores que fueron duda hasta última hora para entrar en la citación, con molestias durante la semana.

Los cambios no resultaron positivos y el Vecindario se fue adueñando poco a poco del partido. Pollo daba el primer aviso en el 49' obligando a Lledó a despejar a saque de esquina. A pesar de que el dominio local se iba acrecentando, pudo adelantar al Oviedo Manu Busto con un potente disparo que se estrelló en el travesaño de la meta de Santi Lampón.

El equipo canario buscaba la banda derecha del Oviedo, que con la salida de Owona fue ocupada por Juanpa, que volvió a estar poco acertado. Pollo abría la lata con un disparo desde dentro del área. Pudo empatar inmediatamente el propio Juanpa, pero su remate se fue fuera. En los minutos finales, el Oviedo quedó noqueado y el Vecindario tocaba sin problemas en su campo, jaleado por su público que disfrutaba del buen juego, consiguiendo los dos goles restantes en los minutos finales, el segundo el ex-oviedista Moisés y ya en el descuento tras una buena contra de Maikel, que entró desde el banquillo y fue uno de los mejores del encuentro. Con el 2-0 y a pesar de la mala imagen, Nano y Falcón tuvieron dos claras oportunidades para poder empatar el partido.

El Oviedo se marchó decepcionado del Municipal de Vecindario, sin ni siquiera tener el detalle de agradecer al casi mediocentenar de oviedistas que había en la grada, que acabó despidiendo con silbidos al equipo.