Después de unas jornadas en las que el Real Oviedo-Vetusta parecía haber encontrado el norte, el equipo de Fermín reeditó en el Requexón ante el CD Cudillero la peor de sus versiones: La de un equipo sin pegada, espeso y fácil de contrarrestar. Un equipo técnico, un equipo para jugar y disfrutar haciéndolo, pero que se empeña en ofrecer la peor de sus caras. Frente al filial carbayón, un conjunto, el pixueto, que con muy poco que ofrecer, logró sacar petróleo del Requexón.

Poco fútbol se vió entre estos dos equipos. Una jugada que podríamos llamar media-ocasión no llegaría hasta el minuto 17 de juego, en una falta al borde del área favorable a los de Iván Palacios, que sacó Mimi mandando el balón fuera por poco. Mucho juego impreciso en el centro del campo, intentos infructuosos por hacerse con el control del partido por ambos bandos, y contadas llegadas al borde de las áreas rivales. Y llegamos al minuto 29 con esta tónica de juego. En este minuto llegó la que pudo ser una de las dos jugadas clave en el desarrollo del partido: Un centro desde la derecha del ataque carbayón encontró a Pablo Espina en el segundo palo. Su remate fue despejado in extremis por la defensa pixueta en la misma raya, con Gabri ya batido. En la raya ... o quizás dentro ya de la portería, a juicio de quienes vieron la jugada desde muy cerca. Gol fantasma que en todo caso no vió ni el árbitro ni su juez de línea.

El Cudillero, por su parte, ejercía una presión importante sobre la defensa del Vetusta, condicionada por las lesiones, y hoy con un central que no lo es (Jaime) y otro recién subido del División de Honor juvenil (Borja). Los pixuetos Imaz y un hiperactivo Rúa traerían en jaque a los zagueros de Fermín. Por parte del filial azul, lo intentaría de nuevo Pablo Espina a pase de Chus Hevia en una buena jugada de combinación del Vetusta en ataque, pero su tiro a puerta desde la frontal saldría fuera. Poco más tenía que ofrecer hoy el filial oviedista.

El Cudillero avisaría de sus intenciones en el minuto 42. Un centro envenenado de Aitor desde el extremo izquierdo fue rematado por Rúa a bocajarro, deteniendo Aitor con dificultades. Era el aviso. Al minuto siguiente, una buena jugada de combinación con Mimi y Rua como actores principales terminó en un pase atrás desde la derecha del ataque pixueto para la llegada de Gabino por el centro, quien desde la frontal disparaba raso. El balón terminó dentro de la portería carbayona haciendo el 0-1 que sería definitivo, tras un bote defectuoso por el mal estado del campo, que descolocó a Aitor. Y de ahí al descanso, un suspiro. El Cudillero se adelantaba con el mínimo esfuerzo y con muy poco fútbol. pero el Vetusta estaba haciendo aún menos méritos.

Tras la reanudación, el minuto 55 llegaría la segunda jugada que podría haber sido decisiva en el partido. Y con el mismo actor, Pablo Espina, que hoy definitivamente no tuvo su tarde. A un metro de la línea de gol, y con Gabri (de nuevo) ya batido, y sin mayor oposición pixueta, parece mucho más difícil sacarla del campo que "fusilar" y meterla en la portería, y fue exactamente lo que hizo Espina, sacar la pelota por encima del larguero para su desesperación y la de todos los seguidores oviedistas. En esta dinámica de muy pocas llegadas y fallos clamorosos, parecía que ni durando tres horas el partido podría llegar el empate. Rúa, por su parte, se empeñaba en ser la pesadilla de la zaga carbayona, y en los minutos 57 y 61 logró plantarse ante Aitor. En la primera jugada se hizo un lío ya dentro del área y Borja acertó a despejar casi in extremis , mientras en la segunda se escoró demasiado a la derecha y casi sin ángulo, su tiro fue despejado por el portero local.