Javier Clemente, la esperanza rojiblanca


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Jueves 8 de Marzo de 2012
Diego Recio

Al oír el nombre de Javier Clemente, todo el mundo echa la vista atrás y recuerda su etapa gloriosa en el Athletic de Bilbao, su periplo al frente de la Selección Española, y su paso con más pena que gloria por selecciones como Serbia o Camerún. 

Entre tanto, este entrenador vasco nacido en Barakaldo hace 61 años, ha dirigido a Atlético, Real Sociedad, Betis, Tenerife, Olimpique de Marsella, Murcia, y más recientemente hace tres años al Valladolid.

Desde luego experiencia no le falta, tampoco “enemigos” entre la prensa deportiva de este país, ya que el bueno de Javi es un técnico que siempre deja en rueda de prensa comentarios tan jugosos como directos, tanto que a veces puede llegar a incomodar al que tiene enfrente.  

El contexto deportivo en el que se mueve el Sporting es de extrema urgencia. Con Preciado destituido, el equipo no tuvo las ideas claras en los partidos en los cuales Iñaki Tejada estuvo al frente. Es por ello que el Consejo actuó de forma tan precipitada como vergonzosa para el aficionado rojiblanco: primero ratificando a Tejada hasta final de temporada, y luego destituyéndolo días después. 

El elegido para cubrir su puesto fue Javier Clemente, el protagonista que nos ocupa. El vasco coge un equipo con muchas similitudes con el Valladolid de hace tres años, al cual dirigió y con el que finalmente consumó el descenso a Segunda División. Primero la situación es muy delicada en cuanto a la posición en la tabla, a más de un partido de los puestos de permanencia; segundo, debe enderezar el rumbo de un vestuario sin mucha confianza en sí mismo, y con algunos jugadores trasnochando en bares horas después de cosechar un 5-1, esto último también ocurrió en “su” Valladolid de los Manucho, Diego Costa, Medunjanin y compañía. 

Aquel año el Valladolid tenía menor margen de error que el Sporting actual, sin embargo, Clemente lavó la cara al equipo para ir ganando partidos y escalando posiciones, quedándose a un partido de la permanencia y descendiendo en el último partido en el Camp Nou frente a un Barça que necesitaba la victoria para ser campeón.

Tal como estamos, sería fantástico que el Sporting llegara a la última jornada aún con opciones de salvación.

La afición conoce de sobra el “estilo Clemente”, caracterizado por una extrema seriedad defensiva, resultadista y pensando que no vale la pena jugar bonito. Para muestra el partido reciente ante el Barça, que el Sporting jugó sin delanteros hasta que entró Barral, aún así a 15 minutos del final el resultado era de empate 1-1 con superioridad numérica, luego ya se sabe lo que pasó. 

Ante el Atlético el Sporting cuajó un gran partido y un gran resultado a tenor de las circunstancias del encuentro, ya que cuando uno de los equipos más en forma del continente se pone por delante y además con gol en propia puerta, es muy complicado levantarse y al menos empatar el partido como hizo el equipo asturiano gracias al gol de Eguren. Es cierto que el conjunto colchonero tuvo más y mejores ocasiones, pero eso no quita que Colunga gozara de una oportunidad muy clara a cinco minutos del final que habría significado casi con total seguridad el triunfo. El Molinón reconoció el esfuerzo de sus hombres, percibiendo que algo había cambiado respecto a los partidos anteriores.

El partido clave de las últimas fechas aconteció en Santander frente al Racing. El conjunto rojiblanco dejó escapar dos puntos merced a un penalty claro de Gálvez. Quizás en esta ocasión se criticó el planteamiento ultradefensivo de Clemente tras conseguir el gol Barral, pero no es menos cierto que el equipo tuvo ocasiones de sobra para ganar el partido. Una pena pero al final tanto en el fútbol como en los análisis posteriores el resultado influye de manera decisiva. 

El balance en estos tres partidos es de dos empates y una derrota. Los números no son buenos, pero hay que tener en cuenta que se ha jugado contra el todopoderoso Barça en su feudo, contra el temido Atlético de Simeone y contra un equipo con muchas urgencias. A partir de ahora el calendario da un respiro y los puntos han de quedarse en Asturias.

Una de las notas positivas en la labor de Clemente es su confianza en los de casa, que se lo pregunten a Gálvez (ya había entrado en el once con Preciado), Mendy o Pedro Orfila. Está claro que siempre es más bonito contar con canteranos, crear estrellas y no comprarlas, y en eso a Clemente no se le puede reprochar nada.

Mucha gente pedía la inclusión de Mendy ante el bajón de Trejo (la noche polesa le pasó factura perdiendo la titularidad) o Damián, un jugador al que Orfila no tiene que envidiar en nada, ya que el canterano es un defensa muchísimo más serio, táctico y seguro. 

El gran damnificado ha sido Nacho Cases, el motor del equipo en el último año. No parece que Clemente se decante por gente de su perfil, ya que prefiere jugadores más robustos y con más capacidad de lucha y batalla.

En resumen, el Sporting lo tiene muy difícil pero nunca imposible. Es vital un triunfo ante el Sevilla para convencer a todos los estamentos del club (jugadores, afición…) de que se puede lograr la permanencia.

Por tanto, mucha suerte a Clemente, pues en ello nos va.
 

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