El División de Honor del R.Oviedo cayó en el Requexón en el quinto minuto del descuento. Cuando más duele, cuando no hay ya margen de maniobra, y cuando ves que el trabajo de todo un partido de va en una jugada a balón parado cuando el árbitro ya miraba su cronómetro. Bien es verdad que los de Herrera estuvieron espesos todo el encuentro, incapaces de llegar con peligro a la meta de Jorge. El equipo de la Comarca del Besaya tejió bien su telaraña en el centro del campo, presionó sin descanso a los hombres clave carbayones sin dejarles pensar, y eso les bastó para que su defensa apenas pasase por algún momento de agobio puntual. Eso, y un terreno blando, irregular, en el que la proporción de hierba fue dejando paso a la arena y el barro con el paso del tiempo. Porque las maltrechas instalaciones del Requexón cada vez están en un estado más lamentable. Eso, y el juego brusco de los cántabros, que encontraron libertad de movimientos ante la permisividad de un árbitro, Granda Barros, falto de mando y mal auxiliado en bandas.

Con el entramado tejido por la Gimnástica, frenando con su presión las salidas de Chapi, Diegui y Jordi y "secando" el juego de Héctor, el encuentro se fue desarrollando sin apenas ocasiones de gol para ambos bandos. Eso sí, los cántabros intentaban llegar con peligro, gracias en parte al juez de línea que marcaba el ataque carbayón que, mal colocado, parecía haberse dejado el banderín en casa, dando por buenos ataques visitantes en claro fuera de juego. La primera ocasión (por llamarla de algún modo) no llegó hasta el minuto 19, con un centro de Héctor desde la derecha que el portero cántabro no llegó a atrapar en su salida, pero al que tampoco llegó Jordi que se incorporaba desde la izquierda. Por su parte la Gimnástica llegó por primera vez con peligro en el minuto 26, en una pérdida de balón por parte de Miki en campo propio. Raúl se aprovechó de la "pifia" del carbayón para iniciar un ataque rápido, y su tiro desde la frontal salió alto por muy poco.

Los de Herrera, por su parte, se mostraban incapaces de dar tres pases seguidos, abusando del juego en horizontal por falta de huecos, y de ideas para buscarlos. Un último acercamiento de los oviedistas a tres minutos del descanso acabó con un pase de Héctor a Diegui, centro de éste y Ernesto, que se había sumado al ataque, no acertó a engatillar.

Tras el descanso siguió intentándolo el R.Oviedo. De nuevo de las botas de Héctor nació una jugada a los 5 minutos de la reanudación, con pase a Jordi que se interna por el extremo, centra, y el balón cae a pies de Diegui, que dispara alto. Pero poco más tenía que ofrecer hoy el juvenil carbayón. La Gimnástica por su parte fue subiendo el nivel de brusquedad en las entradas, enervando a los espectadores ante el "pasotismo" arbitral. El lateral cántabro Tomás tenía como objetivo no dejar maniobrar a Sinchi, y lo consiguió jugando al borde del reglamento y con la única sanción de una tarjeta amarilla a falta de solo 7 minutos para el final, ante la indignación de la grada.

En el Oviedo, mermado en la convocatoria por las lesiones, el juego fue decreciendo. La salida de un batallador Jordi, sustituido por Cheri en el minuto 59 ante la incomprensión de los espectadores, vino a restar velocidad y a aumentar el juego espeso de los locales. Y paralelamente, los cántabros fueron ganando enteros a partir de entonces. Un cabezazo de Germán en el minuto 65, atajado con alguna dificultad por Sergio; un trallazo desde la frontal de Manu en el 73 despejado por el meta carbayón, y un carrerón enorme de Bruno por banda derecha un minuto después, centrando raso y deteniendo también Sergio, dan idea del grado de dominio que la Gimnástica acabó teniendo, una vez perfectamente maniatado el R.Oviedo y con su juego diluyéndose a marchas forzadas.

Lo intentó el Oviedo en la recta final, con un ataque en el que el respetable y los propios jugadores reclamaron mano de un defensa cántabro en el área (minuto 88), y con un corner (con el balón un metro fuera de la línea ante el descontrol arbitral) que terminó en saque de puerta tras varios tiros y rechaces en el área cántabra. Corría el minuto 92, y todo parecía estar terminado. Pero tres minutos después, ya en el 95, una falta de Chapi en la esquina del área a la derecha del meta Sergio fue botada de forma magistral por Alberto, colándose como una bala en la portería ovetense. Era el 0-1, sin tiempo para nada más. Un gol que dejó a público y jugadores locales tan fríos como la propia tarde. Aún rodó el balón casi dos minutos más, pero la Gimnástica no iba a permitir que el R.Oviedo llegase ni siquiera a ver de lejos a su portero Jorge.

Derrota, pues, del División de Honor juvenil carbayón, que parece haber entrado en un bache de resultados; y por lo visto hoy en el Requexón, sumado a lo que se hizo en la jornada anterior en Guarnizo ante el Perines, un bache también de juego, que es más preocupante.

Homenaje a José Luis

El jugador azul que caía lesionado en Los Llerones esta pretemporada, fue homenajeado por sus compañeros, que le entregaron una camiseta firmada. No le pudieron dedicar la victoria.

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