El resultado es lo de menos, aunque duele. Pero sin duda lo que más rabia da es ver como el partido acaba en dos minutos; eso fue lo que tardó Zurutuza en hacer un doblete. 

Primero a centro de Griezmann y poco después tras una jugada en la que el Sporting le hizo el pasillo a la Real para que entrara hasta la cocina. El equipo de Preciado “salió con la empanada” y lo pagó muy caro, tanto que aunque dominó el partido (siempre con el beneplácito de la Real) no fue capaz de remontar. 

Con 2-0 en el minuto 2 poco se puede decir y hacer, ya que en un partido con dos equipos de un nivel parejo parece mucha diferencia como para darle la vuelta al marcador.

Poco después Gregory y Zurutuza chocaron al disputar un balón aéreo, el resultado: ambos sustituidos con fractura nasal para el vasco y brecha con siete puntos para el francés. Entró Botía, de los más entonados si se puede decir así. 

Desde este momento el partido fue un monólogo del Sporting, con la Real esperando atrás y saliendo a la contra con peligro. Mención especial merece la candidez defensiva de los asturianos, echando mucho en falta a Eguren, un jugador que si bien no da mucho juego al equipo, sí que cumple ocupando espacios y recuperando balones. Ayer el Sporting fue un coladero ya desde el mediocampo. 

Un tiro lejano de Carmelo inquietó a Bravo, pero nada más lejos de la realidad. Al descanso con 2-0. 

La pareja formada por Nacho Cases y Rivera no daba fluidez al juego y los extremos aparecían poco, con Carmelo y Trejo como protagonistas. El único que daba sensación de peligro era el de siempre, Miguel De las Cuevas. Ante esto uno no se quiere ni imaginar una lesión del alicantino, sería para echarse a llorar. 

El segundo tiempo cambió radicalmente con un gol al primer toque de De las Cuevas al que no llegó Bravo. 2-1 y control del partido para los rojiblancos aunque sin profundidad.

Entró Muñiz por un gris Cases, pero la película no cambió, con mucha posesión pero sin crear peligro, con un Bilic luchador y participativo pero lejos de marcar un gol. Se notó demasiado la falta de un imprescindible Barral. 

La jugada clave llegó con un remate a bocajarro de Trejo tras dejada de Bilic al que Bravo respondió con reflejos estrellándose el rechace en el palo. Estaba visto que no era el día. 

Poco después llegaría otro “regalito”. Córner que bota la Real y Elustondo sólo tiene que empujar el balón a la red sin oposición; el jugador vasco no tenía a ningún jugador sportinguista a tres metros a la redonda, sin exagerar. Se acababa definitivamente el partido con este 3-1.

Estos goles son los que encienden a la afición rojiblanca, harta de despistes y regalos que cuestan puntos. Porque al fin y al cabo los goles de Aranburu (en un rechace también completamente sólo) y Griezmann (con el equipo echado arriba) sólo fueron puramente anecdóticos. 

El resultado es muy excesivo, pero la diferencia está en que hubo un equipo blando y otro que tenía las ideas defensivas muy claras. 5-1 que deja el futuro de Preciado en el aire, un servidor confía en que siga y saque esto adelante.

El próximo partido será el domingo a las 12.00 h frente a Osasuna, un partido a muerte ya que después se jugará contra Valencia y Atlético.