Comenzó el partido con mucha intensidad en el juego, impuesta por un Real Avilés que quería el mando de la situación desde el pitido inicial. Frente a la rapidez y la pelea de los de Bango, el filial carbayón se encontró cómodo esperando en su campo, dejando que el rival sacase la pelota con comodidad, pero plantando la telaraña en el centro del campo, defendiendo con orden, a menudo con uñas y dientes, la portería que hoy defendía Aitor, y tratando de salir rápidos al contragolpe a partir de David González y Chus Hevia, los dos motores del equipo oviedista. Eso sí, las ocasiones llegaban con cuentagotas para ambos conjuntos, pudiendo destacar una rápida jugada de Chus Hevia que centró Madeira al área y un trabajador Omar envió alto por poco. Corría el minuto 15, y casi otro cuarto de hora necesitaron los de Bango para al menos asomarse a la portería del vetusta. Un tiro de Borja Prieto desde la frontal salió fuera por muy poco, poniendo un poco de acción en un partido que se desarrollaba con pocas llegadas y mucha brega en el centro y las bandas.

El punto de inflexión del partido llegaría en el minuto 39. En una nueva exhibición de rapidez por parte de Chus Hevia entrando por la derecha del ataque carbayón, el ex-oviedista y verterano central Boris lo derriba en el área. Penalty sin discusión, otra cosa era el color de la tarjeta. Y fue roja directa. Escorado estaba el extremo oviedista cuando fue derribado, bien es verdad, y desde ese punto de vista podría pensarse en una decisión rigurosa, pero también lo es que Hevia se iba a plantar solo ante David. Boris terminó expulsado, y el propio Hevia convertía la pena máxima. Y cuando todo parecía indicar que se llegaría al descanso con ese 1-0, llegó el segundo gol de los de Fermín ya en el descuento. Falta en la esquina del área a la izquierda de ataque del Vetusta. David González saca la misma, y el balón se cuela directamente en la portería entre una maraña de jugadores de ambos equipos. Saltaba la sorpresa en el Requexón ante la incredulidad de los muchos seguidores avilesinos desplazados.

La segunda parte arrancó con los retoques de Bango, dando entrada desde al saque inicial a Juanín e Ito, en sustitución de Sergio y Naya, ambos prácticamente inéditos durante la primera parte. Juan Díaz, por su parte, retrasaba su posición para intentar equilibrar la zaga. Y fue entonces cuando se vieron los mejores momentos del Real Avilés, presionando, achuchando y literalmente asediando el área del Vetusta en busca de la remontada, incluso con un hombre menos. Un esforzado Borja Prieto y las incursiones siempre peligrosas de Abraham y Milio, ponían en jaque a los de Fermín. El Vetusta por su parte se defendía con todos los efectivos disponibles, hasta el ariete Madeira bajaba a ayudar en unas labores defensivas que por momentos eran agobiantes, asistiendo también en banda izquierda a Tato y Riky ante las arremetidas de Miguel y Milio por la derecha del ataque avilesino.

Y tanto fue el cántaro a la fuente, que acabó rompiendo. En el 23 de la reanudación, Aitor sale en falso al borde derecho de su área, "tragando" la pelota en una clarísima ocasión de gol para el R.Avilés. Apareció Catú y descaradamente tocó con la mano en el área. Penalty de libro, y se esperaba el color, sobre todo después de lo de Boris en la primera parte. Y el color fue amarillo, para disgusto y bronca de la afición avilesina. En todo caso, Juan Díaz acertó en el lanzamiento, y ponía el 2-1 en el marcador. La idea de la remontada volvía a aparecer.

No bajó los brazos el Vetusta, y así, solo dos minutos después, una espectacular chilena de Catú dentro del área dio en la cepa del poste y salió fuera, en lo que habría sido uno de los goles del año en esta categoría. Estaba claro que el Vetusta iba a vender muy caro cualquier intento de arrebatarle el primer triunfo de la temporada como local, yb los de Fermín defendieron con orden, saliendo con peligro al contragolpe. La entrada de Chamorro vino a dar frescura al juego ofensivo de los locales, en los que ya se notaba el cansancio en los hombres clave, David González y Chus Hevia. El esfuerzo físico y el propio estado lamentable del campo, (una mezcla infame de hierba, arena y barro) pasaban factura. Pero aún quedaban fuerzas para un final que a no pocos se les antojaba inesperado.

Fue precisamente Chamorro quien, aprovechando un contragolpe (uno más) salido de las botas de Chus Hevia, se plantó por velocidad  solo en el área avilesina y logró batir a David de tiro raso cruzado. Corría el minuto 76, y el Vetusta certificaba así su primera victoria en casa en toda la temporada. Poco más historia tuvo el partido, ya que a partir de ahí el Avilés fue un rival venido a menos, quizás también afectado por el penoso estado del campo, pero sin duda más aún por ese tercer gol del Vetusta que los alejaba ya demasiado de su objetivo.

En resumen, un partido para pensar muchas cosas. Por parte avilesina, que queda mucho por hacer y por pelear, que no hay enemigo pequeño aunque llevase meses y meses sin ganar en casa, y que los campos muchas veces no permiten desarrollar el fútbol que se lleva dentro y hay que saber adaptarse al barro y la arena. Por parte del Vetusta, del mejor Vetusta de la temporada, que hay posibilidades aun de evitar el desastre y que hay equipo para más, solo hace falta que los jugadores "se lo crean". Y ganar a todo un Real Avilés es como para creérselo.

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