El Oviedo superó al Celta en todo


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Sábado 28 de Enero de 2012
Herminio García-Riaño
Fotos: Ángel C.
El Requexón

Los de Herrera derrocharon casta y buen juego sobre un terreno de juego impracticable, remontando el gol inicial de Óscar en la segunda parte.

3 1
Real Oviedo  R.C. Celta de Vigo
Jugadores A R C G P Jugadores A R C G P
1 Marcos         2 1 Israel         1
2 Chapi         3 2 Kevin ©     72   2
3 Sinchi         2 3 Alberto         1
4 Alex         2 4 Soto 92       2
5 Borja       65 2 5 J.Manuel         2
6 Miki 38   63   1 6 Alfredo 78       1
7 Diegui         2 7 Demi     50   1
8 Ernesto 30     77 3 8 Sergio     50   1
9 Luis     76 50 2 9 Cuadrado 77       1
10 Héctor ©     63   3 10 Aitor     76   2
11 Cheri     56   2 11 Oscar       29 2
BANQUILLO BANQUILLO
12 Angel     63   2 12 Casas     50   1
13 Sergio           13 Pedro          
14 Lenin     63   3 14 Goldar     50   2
15 Belar     56   2 15 Varela 89   76   1
16 Nacho     76   1 16 Mota     72   1
ENTRENADOR ENTRENADOR
Herrera Mosquera
Goles: 0-1 min. 29 Óscar; 1-1 min. 50 Luis; 2-1 min. 65 Borja; 3-1 min. 77 Ernesto.
Árbitro: Moro Sánchez (1) Mal auxiliado por García Álvarez y Ladreda Mochales. Delegación de Oviedo.
Incidencias: Unos 150 espectadores en el campo nº 1 del Requexón, en tarde fría y pasada por agua. Césped en pésimo estado.

Los más de 150 aficionados que se dieron cita en el campo nº1 del Requexón desafiando a la lluvia y al frío, salieron sin duda con el premio de haber visto a un División de Honor carbayón que superó a base de garra a un rival que ocupa puestos de privilegio en la tabla, pero que hoy fue claramente inferior. Bien es verdad que el campo estaba para cualquier cosa menos para que un equipo técnico jugase al fútbol, con amplias zonas de arena, muy castigado por el agua, y donde el balón caía a plomo y no botaba; pero un campo así castiga a todos por igual, y el Real Oviedo supo y pudo acomodarse a esta adversidad mucho mejor que los vigueses.

Ya desde el inicio, el Real Oviedo salió dispuesto a imprimir un ritmo alto al juego y a tener la posesión de la pelota. El Celta por su parte, cerraba espacios y trataba de salir al contragolpe con balones largos, aprovechando la velocidad de sus extremos, en especial de Oscar. También es verdad que los de Mosquera no dudaron en exhibir un juego brusco, y así su centrocampista  Sergio ya tenía una tarjeta amarilla en el minuto 12, y solo la complacencia arbitral le mantenía en el campo desde el cuarto de hora de partido. Pero el R.Oviedo no entraba en ese juego sucio, y se preocupaba más de hacer llegar balones a un Héctor en su línea de siempre, trabajador, rápido, peligroso, jugando en profundidad siempre con peligro. Por su parte los vigueses se mostraban espesos, quizás incómodos en el patatal del Requexón, y sus salidas de balón encontraban al ataque azul como primer obstáculo; así, la presión incansable de Cheri hacía que el capitán del Celta, Kevin, tuviera problemas para salir con el balón controlado desde su defensa. Lo que le faltaba al Real Oviedo era lo de siempre, finalizar las jugadas de ataque y ponerle la guinda del gol a su buen juego. Pudo lograrlo Luis, que en el minuto 24 recibía un centro colgado en el área, pero su remate de cabeza salió fuera por poco.

Pero en el minuto 29, el fútbol volvió a dejar clara su máxima: el gol manda. Kevin pudo zafarse de la presión carbayona y una gran galopada suya por banda derecha terminó en un centro pasado al segundo palo, donde Oscar esperaba para mandar de cabeza el balón a las mallas de Marcos. Era el 0-1, injusto por lo que ambos equipos mostraban, pero inapelable. El Celta no había llegado más que en esa ocasión, y la había convertido. Bien es verdad que después de este gol,apenas llegaron con peligro a la meta ovetense en todo el partido. No bajó los brazos el juvenil carbayón, y los de Herrera siguieron trenzando un juego todo lo bueno que el campo permitía, y derrochando orgullo y casta en cada jugada. La sensación en la grada era que el gol tenía que llegar. Lo intentó en jugada personal un rápido y voluntarioso Diegui en el minuto 38 de juego, pero su tiro desde la frontal, suave, se marchó fuera al final. Este ataque fue de los pocos que se saldaron sin que lo frustrase un horrible juez de línea que marcaba el ataque azul, siempre más adelantado que la jugada, y con un resorte en el brazo del banderín, que encrespó a los asistentes en no pocas ocasiones. 

La segunda parte, con el campo aún más castigado por el agua y el juego, fue la de un Real Oviedo que salió decidido a por la remontada, poniendo toda la carne en el asador. Eso sí, sería el equipo gallego quien avisaría primero, en el minuto 48, con una ocasión del delantero Cuadrado, que mandó desde banda izquierda un centro envenenado al área que no encontró rematador para simplemente empujar el balón. Pero en la jugada siguiente contestaron los oviedistas, con una jugada rápida de ataque en la que Luis se plantó solo delante del portero vigués, y su tiro, flojo, acabó en las manos de Israel. Era el aviso de lo que estaba a punto de llegar, los mejores momentos del Real Oviedo. En el minuto 50, un centro de Diegui al área gallega desde la derecha encontró la cabeza de Luis en el segundo palo, y su remate limpio puso las tablas en el marcador.

A raíz del empate, el Celta intentó estirar líneas, desplegar su juego y demostrar por qué va tercero en la clasificación. Empezaron a llegar ataques por banda desde las botas de Cuadrado y Oscar, y la defensa oviedista tuvo que emplearse a fondo. Pero hoy Alex y Borja tenían su día, y ayudados en bandas por un Chapi inconmensurable, y un Sinchi que bastante hace jugando en un puesto que no es el suyo (y cumpliendo, pudieron en todo momento con el ataque del Celta. Y mediada la segunda parte, llegaría la justicia al marcador. Una jugada de ataque carbayón por banda derecha terminó en un centro al área. Con medio Real Oviedo volcado al ataque, el balón llegó a pies de Borja, que acertó a conectar un tiro que se coló en las mallas visitantes entre una auténtica maraña de jugadores de ambos conjuntos. Los de Herrera cobraban ventaja; y con la salida de Lenin su juego seguía ganando en profundidad. Una gran jugada personal de Lenin, entrando por el extremo zurdo como un estilete, acabaría en un cabezazo de Luis que se iría fuera por muy poco. Corría el minuto 75, y era el aviso del golpe final de los oviedistas. Dos minutos después, era Ernesto quien enganchaba un balón en la frontal del área viguesa, y de un cañonazo formidable batía a Israel poniendo el 3-1 que ya sería definitivo.

Y bien pudo llegar el cuarto, en un derribo a Ángel ya en el descuento que el árbitro castigó con penalty. Pero Belar fallaría la pena máxima, siendo detenido su tiro raso por el portero gallego. Sería prácticamente la última jugada del partido, un encuentro que el Real Oviedo ganó con absoluto merecimiento, dejando claro que el primer juvenil carbayón merece por su juego cotas más altas en esta siempre exigente División de Honor.

ÁLBUM DE FOTOS


 

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