Tras el espectacular 0-5 en Conxo, los de Herrera vuelven a caer en la indefinición.

 

Si en el fútbol existiese la tan traída y llevada "prima de riesgo" la misma se dispararía en un equipo que mueve la pelota, trenza jugadas, busca desmarques ... pero cuyo peligro y su potencial se diluyen a la hora de rematar, como un terrón de azúcar en una taza de café. Y en un conjunto cono el primer Juvenil del Real Oviedo, la prima de riesgo se disparaba en la tarde de hoy ante el Lugo. Y es que en una categoría tan exigente como la División de Honor, esa falta de acierto en los metros (a veces en los centímetros) finales se acaba pagando muy cara. El CD Lugo, por contra, creando muchas menos ocasiones de peligro, pero estando muy ordenado en el campo y sobre todo no perdonando en lo poco que llegó arriba, se llevó los tres puntos del Requexón. Como su propio entrenador (Miguel García) les gritaba en los minutos finales..."aquí está la liga".

Y eso que el comienzo del partido prometía para los de Herrera. El Lugo se limitó durante los primeros 20 minutos a esperar al R.Oviedo en su campo, sin presionar la salida de balón de los carbayones, a duras penas intentando contener las arremetidas de Chapi y Diegui por banda derecha, y con un Héctor Fernández espectacular en el corte, en el pase, en los movimientos y en la presión.La posesión de balón era escandalosa para los de Herrera. Pero las internadas de Chapi y Diegui no encontraban remate en un Héctor Méndez lento, lejos de posiciones de crear peligro, y que fue siempre superado por los centrales lucenses.

Hasta el minuto 19 apenas pasó el Lugo del centro del campo, pero una vez bien estudiado a su rival, los gallegos pasaron a una segunda fase de su juego. Una jugada de Mario internándose por banda izquierda y sacada con ciertos apuros por la defensa carbayona sería el preludio del primer y único gol del partido. Y es que, un minuto después, en un fallo claro de marcaje de Alex y Borja, el media-punta gallego Marquez sale como un rayo de entre los centrales Oviedistas, se interna en el área y bate a Sergio de tiro raso colocado al poste izquierdo del meta carbayón. Jarro de agua fría para el Real Oviedo, que acusó el gol en forma de un mayor equilibrio en la posesión de balón.

Lo intentó el Real Oviedo a balón parado cuatro minutos después, pero la falta en la frontal cometida sobre Héctor Méndez, si bien fue sacada con maestría por Héctor Fernández, fue despejada a corner por el portero gallego con ciertos apuros. Pasada la media hora de juego, un Jordi muy batallador todo el partido, pero al que siempre le falta dar el último pase, disparó desde la frontal y su tiro fuerte salió desviado. Pero no descuidaba el Lugo sus oportunidades, y así en el minuto 38 de juego su extremo Mario se internó como una bala en el área de Sergio, quién logró arrebatarle el balón en el último segundo. Y poco antes del descanso, una gran jugada de Chapi por banda derecha dejó el balón a Diegui en el área pequeña, pero no supo revolverse ante el acoso de portero y defensa rival, y tuvo que salir del área desbaratándose así el peligro.

La segunda parte comenzó con la misma tónica, con el Lugo dejando campo y espacio al R.Oviedo. Pero en este momento del partido, los gallegos optaron por una defensa que la formaba prácticamente todo el equipo con dos líneas casi infranqueables, que convertían cualquier internada de Chapi, Cheri o Jordi en un "quiero y no puedo". Lo volvió a intentar a balón parado el once de Herrera, en una falta en la frontal por derribo de Héctor Fernández en el minuto 55, pero al tiro de Ernesto le faltó potencia para inquietar a Yebra. En este momento ya estaban en el campo  Cheri y Luis, y por sus botas pasó buena parte del peligro de los carbayones. Pero los centros de Cheri, quizás demasiado fuertes, nunca encontraron rematador.

El minuto 38 de la segunda parte sería el de la jugada más clara para el Real Oviedo. En una nueva jugada magistral de Héctor Fernández, su centro desde la izquierda del ataque azul fue recogido por Luis en el área pequeña, pero su remate dio en el larguero, y para desesperación de la parroquia local, el balón salió despedido fuera de la meta lucense con el portero ya batido. 

Y de ahí al silbido final del árbitro poco que contar. Muchas pérdidas de tiempo por parte de los gallegos en la última media hora de juego, que les valieron dos tarjetas amarillas y buenas broncas desde la grada, pero al término del partido los tres puntos viajaban en el autocar del Lugo. Y al final es lo que cuenta.

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