Cambió el año pero siguen los mismos defectos. Se veía con optimismo la visita del Sporting a tierras verdiblancas, pero el Betis pasó por encima del conjunto de Preciado y la goleada pudo ser de escándalo. 

El Sporting salió a verlas venir, como en casi todos los partidos a domicilio de esta presente temporada, a excepción del partidazo en Vallecas.

El Betis pronto se hizo dominador del encuentro y a los pocos minutos Rubén Castro desaprovechó un mano a mano ante Juan Pablo. El portero leonés fue una vez más de lo mejor del once gijonés. 

A los 23 minutos se decantaba el encuentro a favor de los andaluces: servicio a Roque Santa Cruz ante la pasividad de Botía, Lora e Iván, que resuelve el paraguayo fusilando a Juan Pablo. Otra vez por detrás en el marcador. 

El Sporting tuvo su gran oportunidad en un chut casi a bocajarro de De las Cuevas, al que responde Casto con una magistral lección de reflejos.

Poco después la réplica verdiblanca con un balón al palo con Juan Pablo ya batido. 

El Sporting iba yendo a más, con incursiones peligrosas de Barral por banda derecha. Pero en el minuto 42 llegó el mazazo casi definitivo con la expulsión por doble amarilla de Lora. Quizás acertara Estrada al mostrar la amarilla, pero lo que no gustó nada en la afición rojiblanca fue su titubeo y la influencia fundamental que tuvo la protesta bética para que tomara la decisión, ya que en un principio no parecía que fuera a amonestar a Lora. 

Así se llegó al descanso, en un contexto de partido que no invitaba al optimismo, ya que tocaba remontar con un jugador menos.

Preciado ubicó a Botía en el lateral derecho y a Gregory en el centro de la zaga, el damnificado fue un desaparecido Nacho Novo. 

La segunda parte fue un monólogo del Betis, que pudo ampliar con creces la diferencia en el marcador pero, unas veces su falta de puntería y otras Juan Pablo, evitaron la goleada. 

Se sucedían las ocasiones béticas con un Sporting desangelado, que no estaba presente ni en defensa ni en ataque. Iván y Gregory eran desbordados con facilidad y Botía pagaba su falta de adaptación al lateral derecho. El único que mantuvo el tipo fue Canella, aunque se espera más del de Laviana, especialmente en ataque. 

Rubén Castro, Juanma y Jorge Molina pudieron ampliar la diferencia pero el Sporting seguía vivo en el partido. Eso sí, la candidez en ataque era tal, que sólo Barral se mostraba arriba, con un Trejo voluntarioso y un De las Cuevas desaparecido en combate. 

Entraron Carmelo y Morán por Rivera y André Castro, pero nada cambió, e incluso el partido fue a peor. Solamente un disparo de Carmelo ya al final pudo inquietar a los de Pepe Mel. 

Al final pasó lo que tenía que pasar, y en una contra Jorge Molina resolvió con un balón picado a la salida del guardameta sportinguista.

La última incidencia del partido fue la inútil y tonta expulsión de Carmelo por doble amarilla. Alguien le debería leer la cartilla a Carmelo, un jugador con muchísimo talento, pero perdido en batallas y piques en cada partido.

2-0 y victoria justa para los béticos. 

El Sporting se mantiene segundo por la cola, con la salvación a un partido, pero las sensaciones no son buenas. Hay calidad y equipo para sacar esto adelante pero son muchos los jugadores que no están rindiendo a su mejor nivel. Ejemplos hay a patadas: De las Cuevas, Lora, Canella, Iván, Botía… 

Caso aparte merece Luis Morán, un jugador que, a pesar de salir de Mareo, es pitado en el propio Molinón por muchos aficionados. Ayer dio una muestra más de que no vale para este Sporting, ya no sólo por falta de calidad sino por entrega y lucha. Lo mejor que podía haber hecho el Sporting era traspasarlo.

Era fundamental un refuerzo invernal, ya que mirando al banquillo sólo Bilic parece un jugador de garantías.