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Excesivo castigo |
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Sábado 19 de Noviembre
de 2011 Herminio García-Riaño Fotos: Javier Merino El Requexón |
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El
Oviedo vio como el
Pontevedra le levantaba el
partido tras el gol inicial de
Luis.
Y eso que arrancaron bien las cosas para el Real Oviedo, que ya en el minuto 3 y cuando aún estaba entrando público en las gradas, se ponía por delante, merced a un rápido contragolpe con pase de Belar en profundidad a Luis, quien ya en el área se libró de los centrales gallegos y batió a Adrián. No se amilanó el Pontevedra, que comenzó a trenzar jugadas rápidas de ataque, en especial por banda derecha con Puyi y Víctor como estiletes ofensivos. Pero si la banda derecha gallega funcionaba, la misma banda en el Real Oviedo era un suplicio para los de Manu Fernández, con un Chapi inmenso, y perfectamente compenetrado con Sinchi. Ver a estos dos jugadores en acción es todo un espectáculo y un derroche de fuerza y garra. Siguió atacando el Real Oviedo, y así, un robo de Miki a Emilio en el centro del campo propiciaba en el minuto 10 un rápido contragolpe de los azules, que Luis en última instancia remató con un fuerte tiro que repelió el meta pontevedrés. Pero pronto iba a llegar el empate del Pontevedra. Sería su delantero Javi quien remataría impecablemente de cabeza un centro de Víctor desde banda izquierda. Eso sí, pocas ocasiones más de peligro tuvieron los gallegos, que rentabilizaban así al máximo su juego. Siguió acercándose el once de Herrera, pero una vez más, la falta de definición en el último tiro frustró ocasiones muy claras. Destacar una jugada de Luis en el minuto 17, en la que el delantero carbayón se enredó en el último segundo ya dentro del área, perdiendo así una nueva oportunidad de poner tierra de por medio. Pasada la media hora de esta primera parte, un hiperactivo Jordi se fue de los centrales en un balón que había robado Belar, y su tiro flojo fue detenido por el portero gallego. Una vez más, el último tiro, el último segundo de la jugada. Y mientras tanto, Chapi y Sinchi seguían haciendo diabluras por banda derecha, que los defensores gallegos apenas podían desbaratar con patadones fuera del campo. Por contabilizar una jugada de ataque del Pontevedra, un corner muy cerrado botado desde la izquierda de Adán por Pingui, puso en serios aprietos al meta carbayón en lo que a punto estuvo de ser un "gol olímpico". Pero antes del descanso contestaría un activo Belar, con un tiro ya en el descuento que -una vez más- no vio puerta por poco.
Tras la reanudación,
Jordi y Belar
continuaron su
trabajo incansable
de robos de balones
y salidas rápidas al
contragolpe, y así,
una internada por
banda izquierda de
Jordi en el minuto
10, entrando
paralelo a la línea
de fondo con
muchísimo peligro,
fue desviada a
corner por muy poco
por Adrián. El
juego, eso sí, entró
en una fase de más
imprecisiones por
ambos bandos,
llegando a ser
difícil ver a uno de
los dos equipos
dando tres pases
seguidos. El central
carbayón Alex entró
más en juego,
escorándose y
apoyando en banda
izquierda a Viti, y
dando oxígeno al
juego de los azules
en las salidas desde
atrás por una banda
por la que los
gallegos estaban
entrando con
relativa comodidad. Quizás un momento de inflexión vino en el minuto 22 de la segunda parte, con la entrada de Diegui por Jordi. No lo hizo nada mal Diegui, pero la salida del campo de un impecable Jordi hizo que el juego de ataque del Real Oviedo se viese mermado. No se trata de discutir decisiones técnicas, que sin duda Herrera tuvo alguna razón para el cambio, pero en la grada no se entendía el mismo. Se intentó dar aire nuevo al ataque oviedista con la entrada de Héctor Méndez por Luis en el minuto 26 de la segunda parte, pero Héctor Méndez acusa su falta de ritmo de juego y son prueba de ello varias ocasiones claras perdidas por su excesiva lentitud y su falta de definición al final, que es la de todo el equipo. Así, pasada la media hora, Héctor Méndez entró en el área paralelo a línea de fondo en una jugada parecida a la que había hecho Jordi anteriormente, pero el ariete azul pecó de lento y le sobró el último regate. Contestó rápido el Pontevedra con una jugada rápida de ataque y un tiro de Dani desde la frontal que se fue alto por muy poco. Esta ocasión no fue sino el preludio del final, y un aviso del propio Dani, ya que sería este jugador quien, a falta de 5 minutos para el final, marcó el gol de la victoria para los gallegos. Un córner botado por el Pontevedra a la derecha de Adán se tradujo en un rechace a la frontal que llegó al pie de Dani. Este, escorado a la izquierda del meta oviedista, enganchó sin dejar caer el balón una volea imparable que se coló en las mallas carbayonas para desesperación de los asistentes. De ahí al final, poco más que contar. Ataques del Real Oviedo con más corazón que cabeza, barullos en el área pontevedresa, un cabezazo de Héctor Méndez que se fue fuera por muy poco, y final del partido. Si los encuentros de fútbol se decidiesen "a los puntos" como el boxeo, sin duda el Juvenil carbayón habría merecido mucha más suerte por su mejor juego, sus muchas llegadas a la frontal del área gallega, y por la garra que pusieron los de Herrera. Pero esto es División de Honor, y si llegas pero no defines en el último tiro, acaban "pintándote la cara" . Sin duda la definición arriba es el talón de aquiles de un equipo que, por calidad, no debería pasar problemas. Pero la calidad necesita gol para no sufrir.
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Si
el buen juego de los
de Herrera tuviese
continuidad en un
remate final más
acertado, el
División de Honor
del Real Oviedo sin
duda estaría
peleando por otras
metas. Pero falta
esa definición en el
tiro final, en el
último suspiro, que
al final acaba
pasando facturas muy
caras. El Pontevedra
sacó la máxima
tajada posible con
menos juego, muchas
menos ocasiones,
pero eso sí, más
acierto en el remate
final. 
