El Sporting se presentaba con dos victorias seguidas frente a Granada y Mallorca, y pretendía seguir la racha derrotando al Athletic. Hubieran sido “ocho días de oro” con nueve puntos de nueve de haberlo conseguido. 

Preciado puso sobre el terreno de juego a su once tipo con la entrada de Eguren por Nacho Cases lesionado. Pronto se vio que el equipo iba a por el partido sin miedo, fruto del buen comienzo llegaron las primeras ocasiones de Barral. El gaditano fue sin duda el mejor de su equipo, por su lucha y entrega, por sus ganas y también por su calidad, un incordio continuo para los vascos. 

Sólo había un equipo sobre el terreno de juego y ese era el Sporting, con llegadas de Trejo y Barral. El andaluz reclamó penalty de San José tras un bonito recorte, pero el colegiado hizo caso omiso, lo que provocó la ira de la grada. Por su parte en el área gijonesa Llorente hizo una de las suyas, desplomándose en el área sin motivo aparente, el árbitro lógicamente ni se lo pensó y dejó seguir.

André Castro fue uno de los hombres más activos y en una llegada desde segunda línea pudo marcar, pero cuando iba a rematar la zaga bilbaína le sacó el balón limpiamente. 

Poco después la única ocasión vasca: internada de Llorente con tiro escorado que saca Juan Pablo con las piernas.

El primer tiempo se acababa y el Sporting no tenía premio por su gran juego de ritmo y combinación. 

Tras el descanso Bielsa movió ficha y dio entrada a Toquero en lugar de Ekiza. El Bilbao se hizo con el control del encuentro sintiéndose cómodo, el Sporting por su parte bajaba el ritmo.

La segunda mitad transcurrió apenas sin ocasiones hasta que en un corner en el minuto 61 servía para que Susaeta marcara a placer tras una peinada de Toquero.

El Molinón no se lo podía creer ya que el Bilbao apenas había creado peligro; por su parte los seguidores vascos se dejaban oír tras el gol. 

Pero poco les duró la alegría, Preciado dio entrada a Bilic, poco después el croata se sacaba un disparo lejano que, tras tocar en Barral, se colaba en la portería de un acertado Iraizoz. El croata está en racha y con confianza. 

Trejo se encontraba fatigado y fue despedido con una gran ovación, en su lugar entró un Luis Morán sin chispa que puso al público de los nervios tras perder balones en el centro del campo. 

Bielsa sustituyó a Muniain y Llorente, a partir de aquí el partido transcurrió entre posesiones improductivas y pocas llegadas.

La única ocasión reseñable fue un cabezazo picado de Barral que atrapó Gorka Iraizoz. 

Al final empate 1-1 y el público de El Molinón con una sensación agridulce, ya que mereció ganar el Sporting pero también vio como el partido pudo irse para Bilbao.