El no-derby del fútbol pobre


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Domingo 23 de Octubre de 2011
Herminio García-Riaño
Gijón

Poco fútbol en El Molinón, en un partido sin goles y con un buen ambiente, cerca de 8000 personas.

0 0
Real Sporting B Real Oviedo
Jugadores A R C G P Jugadores A R C G P
1 Raúl         1 13 Dani Barrio   91     0
2 Pedro         1 3 Candela         1
3 Alex Menendez         2 5 Juanma         1
5 Alain         2 6 Pelayo         1
6 Landeira ©         1 8 Aitor Sanz 10       2
8 Juan Muñiz 43   83   2 10 Manu Busto     93   1
10 Carlinos     88   2 11 Martins     65   2
14 A.Barrera         1 12 Owona         1
17 Cruz         2 14 Negredo 71       1
18 Guerrero         1 15 Xavi Moré         2
20 Mendy     78   1 21 Nano     87   2
BANQUILLO BANQUILLO
25 Dennis (p.s.)           1 Lledó (p.s.)     93   sc
11 Guillermo     78   2 9 Rubiato     65   1
19 Diego     83   1 16 Falcón          
24 Mera     88   sc 19 Oscar Martínez     87   sc
26 Alberto           23 Juanpa          
ENTRENADOR ENTRENADOR
Manolo Sánchez Murias José Rojo "Pacheta"
Goles:  
Árbitro: Vidal Araujo (Col. Gallego)
Incidencias: Tarde de viento en El Molinón, 8.000 espectadores según fuentes oficiales. Presencia de unos 150 aficionados del Real Oviedo.

Sporting-B y Real Oviedo parecen empeñados en usar el mismo guión para sus enfrentamientos. El del juego que quiere ser intenso sin serlo, el de una Tribunona que quiere recordar otros tiempos, pero el de un fútbol al final pobre, si se elimina el filtro de los nervios y la pasión. Y eso que los de Pacheta salieron dispuestos a dar una imagen bien distinta de la ofrecida en plazas como Alcalá, quizás influenciados también por el discurso que les soltó el "reaparecido" Eugenio Prieto en el Requexón. ¿Seguirá reapareciendo?

Los primeros minutos fueron los de un Oviedo jugando suelto, creando peligro por bandas con Xavi Moré y Nano como actores, escenificando el "catecismo" de Pacheta para desesperación de los medios centros, un trabajador Aitor Sanz y un flojo Pelayo, que una y otra vez ven pasar la pelota por alto buscando las bandas, sin darles más opción para demostrar su juego que cortar los avances del rival. Eso sí, el "catecismo" de Pacheta logró en varias ocasiones poner en entredicho a una defensa, la de los de Manuel Murias, que sufre en exceso con los balones colgados desde las bandas, y con la entrada desde atrás de jugadores peleones como Martins o Busto. Y es que Matar Diop y Busto fueron una pesadilla para Raúl y su defensa. Así, el paradón de Raúl a tiro de Busto en el minuto 11, y las distintas aproximaciones del propio Busto y de Martins en torno a la media hora de juego, casi siempre a partir de jugadas de Xavi Moré o Nano, daban a entender que los de Pacheta podrían llevarse el partido a poco que estuviesen algo acertados y que luego tirasen de oficio. Por contra, el Sporting-B intentaba las internadas por banda de un voluntarioso Mendy, o de un Juan Muñiz que no terminó de cuajar su juego, y seguía ofreciendo un juego mediocre maquillado por el corazón y el coraje.

La segunda parte, por contra, vino a igualar a ambos conjuntos en la mediocridad, con un Manu Busto que se fue diluyendo entre despistes y regates estériles, y un xavi Moré muy presionado, a menudo con hasta tres contrarios echándole el aliento y tapando su juego.Y en medio de la mediocridad, destellos de peligro por parte de los carbayones, con una falta dudosa hecha a Martins al borde del área en el minuto 51, que Nano envió al palo en un gran disparo. Contestó Mendy 6 minutos después para los locales en una jugada en la que con poco esfuerzo se fue de Juanma, y tras internarse con mucho peligro en el área de Dani Barrio, su pase lo falló Barrera por poco. En estos minutos en torno a la hora de juego, los de Murias parecían dispuestos a asaltar la defensa carbayona, viendo que el Oviedo iba bajando el pistón.. En el minuto 68, un tiro de Busto desde la frontal fue despejado a corner con apuros, y sería casi la última aportación de Manu Busto de cierta entidad.

Por su parte Dani Barrio nos recordó su juventud y sus ocasionales accesos de inseguridad, en una cantada monumental (la primera) en el minuto 74 que puso un nudo en la garganta a los seguidores oviedistas, y que a punto estuvo de significar el 1-0. Barrio tragó fuera del área pequeña, pero antes de que los de Murias pudiesen simplemente empujar el balón, el barullo en el área se saldó con falta de los locales para desesperación de Carlinos. Eran los momentos de más peligro por parte del Sporting-B. La última respuesta de los de Pacheta vendría en el minuto 89, con una internada soberbia de Xavi Moré paralelo a la línea de fondo, pero su tiro pegó en Alaín y el rechace dio en el poste. Una vez más, los palos salvaban al filial del Sporting.

Y ya en el descuento, la jugada que podríamos llamar del partido, en una nueva y tremenda "cantada" de Dani Barrio al salir del área y despejar con la mano. La consecuencia, roja directa, y falta muy peligrosa al borde del área. Lledó salió en lugar de un Manu Busto que ya era totalmente prescindible en esos momentos, y la jugada acabó sin consecuencias. Mala imagen, sin duda, la ofrecida por los de Pacheta para cerrar el partido.

En resumen, un juego pobre disfrazado de falsa intensidad, un equipo, el filial rojiblanco, que debe mejorar mucho para no pasar apuros en este grupo de 2ªB, y un Real Oviedo al que la superioridad se le supone, pero nunca aparece. Un Real Oviedo que tiene jugadores para rasear y jugar, pero que se empeña en colgar balones esperando que en una de estas les toque el premio gordo. Poco fútbol de unos y otros.


 

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