Ambiente bien distinto se respiraba hoy en el Bayu al del inicio de temporada, cuando el aficionado Atlético veía a su equipo como uno de los aspirantes a la zona alta de la clasificación. Llegados a la jornada 8 la situación dista de lo esperado, el Atlético sufre en el puesto 16 y la grada, poco distinta en general a cualquier afición de categoría regional, carece de paciencia.  

Dos equipos con opuestos recursos se presentaron sobre el césped del estadio poleso y enseguida, como es habitual en la categoría, mostraron el papel general que nos esperaba. Un Atlético que intentaba salir desde su zaga con elaboración y juego combinativo pero no encontraba en su línea central la inspiración necesaria para ofrecer soluciones a la presión visitante. Juan carecía de intensidad y optó siempre por el apoyo en corto lo que provocaba el pase en largo de uno de los centrales y Matías se encontró siempre solo, sin ayudas. Plantó bien su línea de medios Luisma, donde Espina, quizá el mejor hombre el fase defensiva del Rosal impuso su contundencia lo que debilitaba mas si cabe la operativa de creación en el Atlético. 

El primer tiempo careció de ocasiones inquietantes para ninguno de los dos porteros. Fue el Rosal quien mas lo intentó, con un inspirado Kayce, aunque no pasó de algún disparo que se marchó lejos de la puerta defendida por David. Y el Atlético solo de falta por medio de Juan puso en aprietos a Saúl. Con 0-0 nos fuimos al descanso. 

No cambió la dinámica tras el descanso, fue el Rosal quien lo intentó, de nuevo con disparos lejanos que se marcharon fuera. Y por fin en el minuto 50 vimos un ejemplo de lo que pretende Malcorne de su equipo, una jugada que parte de Matías en medio campo, recibe Jaime de espaldas que se entiende muy bien con Jorge y éste no acierta a batir a Saúl. Seis minutos mas tarde con idénticos protagonistas, Jorge se queda solo ante Saúl y este desbarata la ocasión. Parecía que se había desertado el partido y con el era el Atlético quien tomó la iniciativa en el juego. Pero Kayce, el hombre mas activo de los ovetenses no quiso ser menos y estrelló un balón en el palo después de una excelente internada desde el centro del campo.

Se consumía el tiempo y el empate parecía instaurarse en el general. El cansancio y mas el arrebato y la improvisación que la calidad hacían presumir un final de encuentro poco atractivo. Y tanto que lo fue, Jonás en el minuto 81 recibiría la tarjeta roja por una dura entrada sobre Cristian, excesivo castigo para el defensa que demostró una limpieza absoluta en sus entradas todo el encuentro. Esta acción empañaría la buena actuación de un joven colegiado al que debemos estar atentos. 

Poco más dio de si el choque que deja a los polesos con 6 puntos sobre 21 posibles y al Rosal en una cómoda situación en la zona media alta con 13.

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